Hidrata más que una crema, suaviza la piel y sublima el bronceado: motivos para usar aceite corporal (como Kate Moss)
“Kate Moss me acaba de dar su secreto de hidratación para la piel del cuerpo”. Con este prometedor tuit, el influyente digital Bryan Boy (Bryan Gray Yambao, uno de los primerísimos en lanzar -y hacer triunfar- un blog de moda allá en 2004, relevante como para que cuatro años después el diseñador Marc Jacobs le pusiera su nombre a un bolso, coleccionista de Birkins de Hermès, ávido comprador de marcas de lujo, invitado de primera fila en los desfiles de alta costura que se celebran en París ahora mismo y lengua afilada de las redes sociales donde le siguen millones de personas (1,3 en la última, TikTok; casi 600.000 en Instagram, otro medio millón en Twitter) lanzaba hace unos días un cebo al que resulta difícil resistirse. Los trucos y productos con los que se cuidan las celebridades suelen funcionar como un catalizador de fetiches: ocurrió, por ejemplo, con la crema de farmacia de Isabel Preysler (Xhepkon, algo nunca confirmado por ella pero que la leyenda popular ha encumbrado), el champú de Gisele Bündchen (Ocean Mist, de Sacha Juan) o la hidratante de Victoria Beckham (durante años ha proclamado su devoción por Skin Food de Weleda). Ahora la anécdota implica a Kate Moss, un mito bastante esquivo a la hora de construir y desvelar rutinas de belleza, por lo que la perla se envuelve de un misterio especial. Sabemos que el eyeliner que utiliza a diario es marrón y no negro para resultar menos dramática, que no suele llevar base de maquillaje y que siempre utiliza un poco de corrector, máscara de pestañas y un toque de barra de labios. Poco más allá.
“¿Y cuál es?” se preguntaba Twitter. “Me dijo que dejara de usar hidratantes y lociones en el cuerpo, y utilizara aceites y sueros orgánicos de farmacia” contestó Bryan Boy. Su revelación viene a confirmar el boom de los aceites tanto específicos como multiusos en la rutina de cuidado de la piel y el pelo. He aquí varios ejemplos que cumplen los requisitos de la piel de Kate Moss.
El aceite multiusos de farmacia: Huile Prodigieuse, de Nuxe
Lanzado en 1991, de este aceite seco, fruto de la combinación de siete aceites 100% vegetales, entre los que están el de tsubaki y el de camelia -hidratantes-, el de argán -reparador-, el de macadamia -nutritivo- o el de almendra dulce -suavizante-, se han vendido 30 millones de frascos en todo el mundo y es el número uno en ventas en aceites de farmacia en Francia. Sirve como hidratante y antioxidante, como iluminador de la piel en rostro y cuerpo, para sublimar el bronceado, atenuar el color de las estrías a largo plazo e incluso como mascarilla capilar.
29€ los 100 ml.
El aceite orgánico como “oro para la piel”: Summer Body Oil, de Rowse
Así describen en su página web algunas de quienes han probado este aceite de absorción rápida que combina jojoba, zanahoria, monos y buriti, una intensa combinación de antioxidantes y vitaminas A, D y E, y con una fragancia propia de perfumería, ya que emplea aceites esenciales de bergamota, neroli y palmarosa. Deja un brillo dorado sobre la piel, de ahí su espíritu veraniego.
42€ los 100 ml.
El porqué de este furor por el aceite lo explica la doctora Mª José Martínez, experta en dermocosmética y fundadora de la marca de alta cosmética natural Archangela: “Los aceites no solo impiden la pérdida transepidérmica de agua, sino que aportan nutrientes, antioxidantes y ácidos grasos omega 3, 6 y 9”. Y lo recomienda en todas las edades, también para el rostro: “En piel madura que ya va aquejando disminución del espesor de la dermis, sequedad, flacidez, pérdida de volumen, aparición de líneas más profundas e incluso presentar tendencia seborreica… los aceites con buenas fórmulas incrementan la función barrera, la nutrición, y la luz y llegan a las capas más profundas de la piel. En una piel joven normal también hay momentos para usar un aceite, siempre que se elija la fórmula adecuada. La noche es quizás la hora mejor para una absorción durante el sueño, tras la limpieza de la piel. Unas pocas gotas son suficientes.”
A la hora de escoger uno, la doctora ahonda en las bondades de los aceites orgánicos: “Se debe preferir, siempre que sea posible, aceites de primera presión en frío y, si son de cultivo ecológico o silvestres, mejor. Los aceites minerales, como las siliconas y sus derivados, tienen una textura muy práctica para formular y su uso es sencillo y económico, pero sus resultados en la epidermis son muy diferentes y, en pieles mixtas o acneicas, pueden ser comedogénicos, obstruir los poros y favorecer la presencia de puntos negros y falta de respiración de la piel.”
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