Para comer sano sin renunciar al dulce, aquí 4 recetas de postres saludables y DELICIOSOS
Si eres de las que no perdonan un postre dulce, es posible que a veces no puedas evitar los remordimientos. Son como el diablillo perverso de la conciencia: porciones de brownie, donuts, profiteroles y tartas ostentosas que te dicen bajito al oído “¡cómeme!”. Y lo peor es que sabes que un solo bocado va a arruinar en un microsegundo tu dieta saludable y tus sesiones de sentadillas. ¿Merece realmente la pena ese placer instantáneo lleno de calorías? De vez en cuando, claro que sí. Pero los postres cargados de azúcar, grasas y calorías no son algo que deberíamos tomar todos los días.
Si aún así el cuerpo te pide dulce, abre tu mente. La doctora Mar Mira, de la Clínica Mira+Cueto (clinicamiracueto.com) nos ha dado cuatro recetas súper ricas y fáciles de hacer y con las que no vas a echar nada nada de menos las bombas calóricas:
Brochetas de frutas con chocolate negro
Elige varias frutas de las que tienen menos calorías, como fresas, sandía, piña y melón. Lava las fresas, pela el resto, trocéalas en taquitos y pínchalas en un palillo de brocheta. Aparte, trocea una tableta de chocolate negro –con un mínimo de 85% de cacao puro– y caliéntalo a fuego lento con un poco de leche desnatada removiendo con una cuchara de madera. Cubre las brochetas con un poco de la salsa de chocolate o pon la salsa en un cuenco para que cada uno moje la fruta, en plan fondue.
Helado de sandía
Pela y trocea la sandía y quítale las pepitas. Échala en un vaso de batidora junto a ½ vaso de leche desnatada, un yogur desnatado y dos cucharadas de panela. Bátelo todo hasta que se mezcle bien, échalo en un bol y mételo en el congelador. Si lo quieres como helado cremoso, deja que se congele unas horas y bátelo; vuelve a congelar y vuelve a batir… (así varias veces hasta que quede una crema. Tendrás que prepararlo el día antes). Sírvelo en un cuenco con un barquillo. También puedes dejar que se congele y luego picarlo para hacer un granizado. En este caso, sírvelo en copa alta con unas hojas de hierbabuena.
Galletas de avena
Machaca un plátano maduro con un tenedor y mézclalo en un bol con copos de avena molidos, canela y una cucharadita de miel hasta que quede todo bien integrado, como una pasta. Da forma a las galletas y colócalas en una bandeja de horno cubierta de papel de hornear. Puedes añadirles encima pepitas de chocolate o avellanas laminadas. Precalienta el horno a 170 ºC, mete la bandeja y hornea hasta que estén doradas.
Carpaccio de piña al aroma de vainilla
Pela la piña y reserva la cáscara. Cuece la cáscara con agua y una rama de vainilla. Corta la piña los más fina posible, como si fuera un carpaccio. Coloca las láminas en un plato y riégalas con la infusión de vainilla. Decora con frambuesas y unas hojas de menta fresca –si quieres un toque refrescante– o una pizca de canela molida –si prefieres un carpaccio más dulce–.
Estas cuatro recetas tienen menos de 140 calorías por ración y están llenas de minerales y vitaminas de las frutas.
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