Pérdida de cabello posparto: por qué se te cae el pelo después de dar a luz y cómo controlarlo

Las noches de insomnio y los interminables cambios de pañales son dos de las grandes preocupaciones de quienes acaban de ser madres, y todo el mundo lo sabe. Sin embargo, existe otro problema que preocupa a aquellas que acaban de dar a luz, y que es menos popular que las famosas noches sin dormir, la pérdida de cabello.

Tras la ducha, al despertarse o mientras se peinan, de repente se encuentran con mechones de pelo que se han caído de su melena. Pero este problema que preocupa a muchas madres forma parte de los cambios que experimenta el cuerpo durante el embarazo, y no es definitivo.

Por la misma razón que durante el embarazo muchas mujeres sienten sus melenas más densas, y su cabello más grueso, tras el parto, el cuerpo se desprende de todo el pelo que no se ha perdido en los nueve meses previos. El aumento de hormonas durante el embarazo provoca una pausa en el proceso natural del desprendimiento del cabello. Y una vez vuelven a su estado natural, el proceso vuelve a ponerse en marcha.

Esta pérdida de cabello que afecta a todo el cuero cabelludo no se puede prevenir puesto que, en realidad, lo que hace el ciclo del cabello es regresar a la normalidad. Pero no es un periodo que dure más de un año, como poco seis meses, y existen pautas para que la pérdida sea menor.

Según dermatólogos expertos, la caída del pelo será menor su utilizamos productos con biotina y llevamos una dieta rica en frutas y verduras. También es recomendable consultar con nuestro médico una posible toma de vitaminas que refuercen nuestro sistema.

En lo que se refiere estrictamente al cabello, en el primer año de vida de tu bebé es poco recomendable que te recojas la melena en colas de caballo o trenzas apretadas y que evites el uso de planchas, rizadores e incluso, en la medida de lo posible, el secador de pelo.

Si sigues estas recomendaciones y asumes que forma parte del embarazo seguro que en menos tiempo del que crees tu melena vuelve a lucir su aspecto habitual.

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