Un rizador de pestañas, unos toques de máscara y un ligero eyeliner muy natural es todo esta parisina necesita
En París, a finales de los años 50, vieron la luz películas como Al final de la escapada, Hirosima mon amour y Los 400 golpes, directores como Godard, Resnais y Truffaut grabaron su nombre con letras mayúsculas en la historia del cine y nació la Nouvelle Vague. Pero toda la magia de este movimiento cultural tan rompedor y diferente nunca hubiese sido posible sin la aportación de musas de la época como Anna Karina, Catherine Deneuve, Emmanuelle Riva o Jean Seberg.
Todas bellísimas, francesas (algunas, como Anna Karina y Jean Seberg, por adopción) y con muchísimo talento, no solo destacaron por sus trabajos sino que se convirtieron en referentes cuyo estilo se mantiene vivo sesenta años después. Una belleza de naturalidad impecable destinada a perdurar en el tiempo que sin embargo esconde un as ganador bajo la manga: una mirada despierta, unos ojos que destacan gracias al uso más que correcto y comedido de tres imprescindibles del maquillaje: el rizador de pestañas, una máscara y un eyeliner. Y ahora, Jeanne Damas, la parisina más parisina de todas, reivindica este savoir faire de la belleza con una colección de maquillaje dedicada a la mirada y que cuenta con estos tres básicos.
Le Regard de Rouje, mini neceser que incluye Le Mascara, L’Eyeliner y Le Recourbe-cils (también disponibles por separado)© Cortesía de Rouje
Regard es la colección de maquillaje de Rouje dedicada a embellecer y resaltar la mirada. Con tres productos que pueden utilizarse juntos o por separado, resalta los ojos y maquilla las pestañas sin perder la naturalidad. El primer paso es el rizador de pestañas. Úsalo desde primera hora para levantar las pestañas, rizarlas y abrir la mirada. Más natural, imposible.
El segundo paso es un ligero toque de eyeliner. Lo mejor es que gracias a su punta no necesitas ser una experta para utilizarlo y es capaz de multiplicar x100 cualquier look. Perfecto para salir a tomar unos vinos con las amigas y reír hasta que se te salten las lágrimas.
El tercer paso puede ser también el segundo porque se trata de la máscara de pestañas. Con una fórmula que incluye aceite de ricino y extracto de caléndula para hidratarlas y protegerlas, póntela después del rizador para darle más protagonismo a tus pestañas. O aplícala a lo largo del día varias veces para ir dándole más intensidad al look. No te preocupes por los grumos porque su fórmula es modulable y de larga duración, para que cuando llegues a la pista de baile no hayan perdido ni un ápice de su volumen y longitud.
“Los ojos son las ventanas del alma, desde miradas traviesas hasta guiños magnéticos”, afirma Jeanne, y con estos tres productos vas a conseguir que los tuyos acaparen toda la atención. Elige muy bien a quién irán dirigidos tus guiños.
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