Alejandra Rubio se siente culpable de haberse marchado en la segunda enfermedad de su madre

  • Terelu Campos sufrió cáncer de mama en 2012. Seis años después volvió a sufrirlo en el otro pecho.
  • Alejandra Rubio se ha sometido a la ‘escalera de las emociones’ para sincerarse sobre sus arrepentimientos, perdones, y culpas de su vida.

    Alejandra era muy pequeña cuando a Terelu Campos le detectaron cáncer de mama por primera vez. Corría el año 2012 y ella tenía solo doce añitos, pero aunque fue el primero, no fue el único golpe para la colaboradora de televisión. Seis años después, un nuevo tumor, en el otro pecho, llegó a la vida de las Campos. Esta vez Alejandra Rubio ya era mayor de edad y podría entenderlo todo mucho mejor, convertirse en el fiel apoyo de su madre y cuidarla de cerca. Y así fue, pero quizá no tanto como le hubiera gustado… Ella misma así lo ha confesado en ‘Viva la vida’, donde colabora desde hace unos meses. Se ha sometido a la ‘escalera de las emociones’ y ha declarado sentirse muy culpable de haberse independizado justo cuando llegó la enfermedad. “Debía haberme esperado por las circunstancias”, confiesa.

    El perdón también ha sido dedicado a Terelu: “Ella lo aguanta mucho, que con solo 18 años dijera adiós, viviera mi vida y no permitiera que se metiera nadie: Fui injusta”. En el mismo momento en el que Terelu era consciente de que volvía a tener cáncer, ella decidía marcharse de casa y vivir junto a su ex, Álvaro Lobo, dejando a su madre sola en casa en uno de sus momentos más complicados.

    Terelu ha querido calmar a su hija entrando por teléfono en el programa y dejándole claro, entre lágrimas, que la quiere mucho y que de no ser por ella, jamás habría superado la enfermedad: «No te tengo que perdonar». Hasta ha confesado que en muchos momentos le vino bien que no estuviera en casa «para no disimular mi dolor», unas palabras que también han hecho sacar las lágrimas de la colaboradora.

    Alejandra ha hablado, además, de su relación con su padre, que confiesa ser muy distinta a la de su madre ya que al no convivir, cuando pasan tiempo juntos todo es más fácil y divertido, es más, le considera su mejor amigo.

    Al hablar del distanciamiento ha sido clara: «Mucha gente no me conoce, pero me juzgan. Me he distanciado de gente por ese motivo, de muchos malos amigos, he tenido muy malas experiencias», admite. «Siempre hay alguien que te la clava de alguna forma, y mi madre me ha advertido. He dejado a muchos amigos aprovechados atrás».

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