Álvaro Muñoz Escassi y Lara Dibildos, el ejemplo de que una separación más que amistosa, y con hijo de por medio, es posible

Ni Gwyneth Paltrow y Chris Martin con su ‘conscious uncoupling’, ni Kourtney Kardashian y Scott Disick con su ‘conscious co-pareting’. Los verdaderos reyes del amor después del desamor en terreno patrio han sido y serán siempre el jinete y la actriz. Cuando todavía nadie se creía esto del ‘y se separaron y siguieron siendo amigos’, ambos demostraron que, si un amor ha sido de verdad, permanecerá en el tiempo y se adaptará a las nuevas circunstancias.

Prueba de ello es que ambos pasaron la noche de Reyes juntos y Lara fue la encargada de subir una imagen en la que los dos aparecían sonrientes, sentados en una mesa y a punto de degustar una buena copa de champán. “Brindando con el más guapo”, escribía la actriz junto a un post que acumuló algo más de 1.627 ‘likes’. Por no hablar de que el pasado 27 de octubre, Lara le felicitó el cumpleaños con un collage de imágenes de ambos y aseguraba quererlo “una jartá”. No es para menos.

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Fruto de su relación nació el pequeño Álvaro, de 13 años, quien ha servido de hilo conector inquebrantable entre ellos. Y eso que nadie daba un duro por ellos, ni durante su romance ni durante su posterior ruptura. La historia es más propia de una telenovela que de la vida real. Lara y Álvaro se conocen en 2005, se enamoran y él le es infiel con una chica con la que la prensa lo pilla besándose apasionadamente en plena calle, tan solo cuatro meses después de comenzar su relación con la hija de Laura Valenzuela.

El jinete, ni corto ni perezoso, llama inmediatamente al programa de Ana Rosa (donde se estaban emitiendo dichas imágenes) y pide perdón públicamente y en directo a la que él califica como “la mujer de mi vida”. “Estoy muy enamorado de Lara, la quiero mucho. Solo espero que esto no me cueste esta relación. Desde que he conocido a Lara, el cuerpo me pide estar a su lado y estoy dispuesto a demostrarle que esto no va a volver a pasar”, aseguraba con la voz entrecortada.

Unas palabras que surtieron el efecto deseado y ambos continuaron con su relación dando la bienvenida a su primer hijo en común en 2007. Sin embargo, pocos meses después del nacimiento, la pareja decide separarse. Sin dramas, sin malas palabras, sin cruces de acusaciones. Solo realizaron declaraciones positivas el uno del otro. ¿Cómo era posible? Seguramente porque su relación terminó por parte de ambos al mismo tiempo. Algo que no pasa a menudo. Además, Lara siempre tuvo claro que el amor que sentían era verdadero, por mucho que Álvaro se hubiese desviado del camino común al principio de su relación.

https://www.instagram.com/p/CG1zpm1D378/

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De ahí que cuando el jinete se casó con la multimillonaria Raquel Bernal en diciembre de 2016, Lara actuase de testigo junto a su hijo. Sí. Testigo en la boda de tu expareja y padre de tu segundo hijo (la actriz tuvo otro con Fran Murcia).

Algo que puede parecer extraño, pero no para ellos. Lara y Álvaro son el mejor ejemplo de que los amores para toda la vida existen, pero no tienen por qué ser siempre románticos. Y eso, a día de hoy, es una lección que nos hace falta, y mucho.

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