Ante Isabel II y con el recuerdo de su abuelo: Lady Louise compite por primera vez con el carruaje heredado de Felipe de Edimburgo

El duque Felipe de Edimburgodejó tras su muerte –el pasado 9 de abril a los 99 años– un auténtico misterio en cuanto a su herencia, que poco a poco se fueresolviendo. Se cree que su patrimonio –valorado en unos 12 millones de euros– y su arte, en el que se incluyen obras propias y otras ajenas, pasará directamente a manos de Isabel II, sin que esta tenga que pagar nada por ello, tal y como dictan las normas reales. Además, los royals británicos tienen como costumbre dejarle todo a la persona más cercana, para que esta se encargue de repartir. Sin embargo, en el caso del príncipe Felipe, es diferente, porque le dejó a su nieta más joven, Lady Louise Windsor, un regalo con mucho valor sentimental: un carro de carreras.

Lo cierto es que nieta y abuelo compartían la afición por el mundo ecuestre, como tantos otros miembros de la familia real británica, pero con la diferencia de que ambos son muy buenos en una modalidad especial, la de las carreras de carros. Cuando vivía, al duque le gustaba ir a ver a ‘su nieta favorita’ –apodo que le otorgó la prensa por la afición compartida entre ambos– a las competiciones; ahora, Felipe está presente en los encuentros deportivos de la joven gracias al carro que le ha dejado. Lady Louise lo estrenó a finales de junio en las inmediaciones de Windsor, seguramente para probarlo antes de las grandes competiciones, tal y como expuso Daily Mail Online.

La joven lo ha sacado a pasear por primera vez en público este fin de semana en la competiciónChampagne Laurent-Perrier Meet de la British Driving Society. Formaba parte del Royal Windsor Horse Show y tuvo lugar en las inmediaciones del castillo de Windsor, bajo la atenta y alegre mirada de la reina Isabel II. La joven de 17 años seguro estaba deseando volver a competir en el evento, que fue cancelado el verano pasado a causa de la pandemia. En esta ocasión tan especial ha ocupado el asiento en el que antes competía su abuelo con un conjunto verde caqui y el pelo recogido hacia atrás, para una mayor comodidad. Su madre, Sofía de Wessex, también ha participado en el desfile de carros, mientras que el príncipe Eduardo y su hermano pequeño, el vizconde James de Severn, animaban desde las gradas. El día anterior habían disfrutado del evento como espectadores.

El carruaje lo vimos de forma oficial por última vez en el funeral del duque de Edimburgo, en el que formó parte de la procesión con una gorra, el látigo y sus guantes marrones, en el asiento que solía ocupar. Y es que el vehículo no es una herencia cualquiera: se trata de un carruaje pulido de aluminio y acero en color verde, que fue construido hace ocho años bajo la dirección del mismo duque, que gracias a sus conocimientos en la materia, pudo mejorar el mismo sobremanera.

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