Así es la familia de Rosalía: de su abuela ‘artista’ a su hermana estilista

Dos Grammys Latinos y dos MTV Music Awards son solo algunos de los premios que en apenas dos años ha conseguido Rosalía. A sus 26 años, la catalana es toda una estrella a nivel mundial y ha cosechado un éxito sorprendente gracias a la fusión del flamenco con los ritmos más actuales. Este martes, Rosalía dará un concierto en Madrid como cierre a su gira después de llenar decenas de estadios en Estados Unidos, Reino Unido o Francia. Pero, ¿quién arropa a la cantante que ha dado la vuelta al panorama musical español?

Su abuela cantaba en casa

Rosalía nacía el 25 de septiembre de 1993 en el municipio industrial de Sant Esteve Sesrovires, en el Baix Llobregat, de apenas 7.000 habitantes y a unos 40 kilómetros de Barcelona. Es conocido porque ahí se encuentra la fábrica de Chupa-Chups. La niña heredó el nombre de su abuela materna, la única que desde siempre había tenido el gusanillo del cante y que cantaba mientras hacía la colada cada mediodía. A la hoy artista internacional, de pequeña no le gustaba su nombre porque pensaba que no era ‘normal’ como el de las otras niñas. Es la pequeña de dos hermanas. Su padre, José Manuel Vila, asturiano de nacimiento (concretamente de Cudillero) y con sangre gallega y andaluza en sus venas; su madre, Pilar Tobella, catalana.

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De niña fue al colegio público La Roureda junto a su hermana mayor Pilar, que siempre ha sido su gran compañera de vida. Sus padres no la bautizaron y ella cuenta que su abuela la llevaba a la iglesia pero que solo se fijaba en la música. La familia de Rosalía es muy conocida en Sant Esteve porque su familia materna es dueña de una conocida fábrica de placas de identificación, Suprametal, en la que trabajaban sus padres y que lleva en activo más de 50 años. Su madre, Pilar, era la subdirectora comercial allí hasta que su hija comenzó a triunfar en la música. El primero que vio algo en la niña fue su padre, que con siete años le pidió que cantara algo delante de la familia en una comida. Cuando abrió los ojos, vio que todos estaban llorando.

En su casa siempre se escuchaba música, aunque ella aún no había conocido el flamenco. Prefería bailar Carlos Vives o cantar temas de Estopa. Con su abuela veía películas de Lola Flores y Carmen Sevilla. Un día, mientras estaba con sus amigas de fiesta, escuchó una canción de Camarón en un coche y ahí comenzó su gusto por el flamenco.

Su madre, su gran pilar

Fue su madre la que la llevó a una escuela de música con 10 años. Ahí empezó a dar clases con un profesor particular, que fue quien descubrió el tesón y la disciplina de la que entonces era solo una niña con el ‘capricho’ de ser artista. Rosalía actuaba en restaurantes y apenas ganaba unos euros para pagar algo a los palmeros que la acompañaban. A veces incluso solo le invitaban a cenar tras la actuación. Entonces cantaba blues y jazz pero el gusanillo del flamenco ya le había picado. Desde los cinco añitos ya iba a clases de baile y jazz. Además, su madre también la apuntó a clases de guitarra en la Entidad Cultural Flamenca de Sant Esteve y allí, a sus 15 años, la presidenta Antonia Cañadas, la contrataba para cantar en un festival del pueblo. Cobró unos 200 euros. Junto a dos amigas, formó un grupo de baile flamenco llamado Triana.

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Durante siete años, su profesor fue el cantaor José Miguel Vizcaya, El Chiqui, primero en el Taller de Músics durante cuatro años (sus padres se gastaron ahí unos 20.000 euros) y luego en la ESMUC (Escola Superior de Música de Catalunya). Con 17 años tuvieron que operarla de las cuerdas vocales por forzar demasiado la voz y estuvo dos años para recuperarse. Ya curada, entró en la ESMUC, que solo acepta a un alumno de cante jondo por año. En 2014, la elegida fue Rosalía. Su trabajo de fin de carrera fue ‘El mal querer’. Le dieron una matrícula de honor.

Daikyri: hermana y mano derecha

Cuando Rosalía comenzó a triunfar y a tomarse muy en serio su carrera, su madre dejó su trabajo y montó la empresa de management Motomami desde la que gestiona y produce los trabajos de su hija. Ella la acompaña a todas partes, igual que hace su hermana Pili, más conocida como Daikyri. Es su mejor consejera y la que estuvo con ella en su etapa más rebelde cuando era adolescente. Tiene un hijo y es una apasionada de la fotografía. Ella es su mano derecha y también la que ha creado su imagen con ropa deportiva, enormes anillos y pendientes dorados y uñas de gel kilométricas. Eso sí, desde que su éxito está por los aires, ahora cuenta también con la ayuda de la estilista de Hollywood Samantha Burkhart, que también es la artífice de los looks de la estrella millennial Billie Eilish.

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Tiri tiri

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Su madre sigue viviendo en la casa unifamiliar que tienen en una urbanización del municipio y su padre se ha mudado a otra casa cercana. Rosalía no va tanto por Sant Esteve como antes, pero cuando lo hace intenta pasar desapercibida y sus vecinos le ayudan a que su vida siga siendo lo más normal posible. Incluso cuentan que sigue haciéndose la manicura en el centro estético de una amiga de toda la vida.

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