Boris Johnson: ¿boda en 2020?

La imagen resume de un vistazo el significado del momento. Saltando de alegría, Boris Johnson y su novia, Carrie Symonds, celebraban la victoria en las urnas en un despacho de Downing Street. La noche electoral en el Reino Unido despejó varias incógnitas. La primera es que Johnson cumplirá su palabra y finalmente el Brexit se consumará en los próximos meses.

La segunda es que la primera dama del Reino Unido seguirá siendo, al menos de momento, la ‘primera novia’. Pero el estado civil de Carrie Symonds, que ha sido una pieza clave durante la campaña del primer ministro, podría cambiar en los próximos meses. Según el diario ‘Daily Mail’, parece «cada vez más probable que Johnson le pida matrimonio» en 2020.

Solo hay un pequeño problema técnico: el primer ministro todavía está casado con Marina Wheeler, su mujer de los últimos 25 años y la madre de cuatro de sus cinco hijos. Aunque están separados desde hace un año, el matrimonio todavía no ha firmado los papeles del divorcio. Y según la prensa británica, cuando lo haga es de esperar que él y Symonds tomen el camino hacia el altar. Entre otras cosas porque todo sería mucho más fácil para ella.

Es la primera vez que un primer ministro británico vive en Downing Street con su pareja sin que estén casados. Por eso, el estatus de Symonds es incierto. Para empezar, se desconoce si seguirá trabajando en el grupo medioambiental Oceana, como ha hecho desde que se hizo pública su relación con Johnson y dejó de formar parte del organigrama del partido tory. Además, mientras otras ‘first ladys’ británicas han tenido su propio ‘staff’ en Downing Street, no parece que de momento ese vaya a ser el caso de Symonds.

Tampoco se espera que tenga una agenda oficial. Aunque hace unos meses el primer ministro dijo que una boda entre ellos era «algo prematuro», otra imagen certifica las verdaderas intenciones del primer ministro. Al día siguiente de su victoria, Johnson decidió hacerse su primera foto en Downing Street en compañía de su novia. Symonds y él posaron juntos y sonrientes en la icónica puerta negra de la residencia en una foto que dio la vuelta al mundo. Un gesto que la prensa británica ha interpretado casi como una pedida de mano. El año que comienza resolverá el misterio.

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