El príncipe Carlos se viste a juego con Camilla para visitar un castillo de película en Escocia
En el escenario más cinematográfico posible el príncipe Carlos y Camilla de Cornualles se han vestido como si de una película se tratase –de la forma más impecable y a juego– para visitar el castillo de Dunnottar.
La fortificación, que ahora se encuentra en ruinas, ha servido como escenario a diferentes películas, entre ellas María, Reina de Escocia o la versión de Hamlet en la que aparece Mel Gibson. La construcción ha servido incluso de inspiración para la película de Disney que protagoniza la princesa Mérida, Brave (indomable).
Aberdeenshire es el concejo de Escocia en el que se encuentra situado en un emplazamiento idílico cuyas fronteras terminan en el mar del Norte. En lo alto del acantilado de un cabo escarpado con vistas al mar se encuentra el castillo de Dunnottar, que data de la época medieval. Hasta él se llega por un estrecho sendero que lo conecta con tierra firme. Un emplazamiento más que de película.
Siempre se ha dicho que el príncipe Carlos tenía una predilección por la zona, pues en Escocia estaba situado el castillo de Mey, propiedad de la Reina Madre y no es de extrañar que el príncipe y la duquesa hayan querido visitar la región. Durante su recorrido les acompañó el dueño de la propiedad abierta al público, George Pearson.
Lo que más ha destacado de la visita rural han sido los estilismos combinados de Carlos y Camilla. El príncipe de Gales ha elegido una falda típica escocesa, de estampado tartán y en tonos verdes y rojos. Una blazer en tono avellana armonizaba el conjunto. Por su parte, Camilla ha decidido llevar un abrigo a juego, en el mismo color pardizo y con un sutil estampado de cuadros. El abrigo, la pieza angular del estilismo, iba acompañado de un pañuelo que sobresalía sutilmente de la elegante prenda. Los colores y el estampado del pañuelo eran los mismos que los de la falda de Carlos.
Un gorro de inspiración invernal en el mismo color del abrigo y decorado con pelo cerraba el estilismo. Ambos llevaban zapato negro, Carlos unos bluchers y Camilla unas botas altas, por debajo de la rodilla. El elemento final a juego era un elegante bastón de madera, del que ambos se han servido para caminar por el escarpado paisaje.
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