El sorprendente giro laboral del cocinero de Sofía de Wessex: pasó a ser su estilista personal

¿Hay algo mejor para un chef que cocinar para la familia real? No lo sabemos pero algún afortunado podría estar cerca de experimentar una nueva oportunidad profesional junto a los Windsor. Según ha compartido la Royal Household, el príncipe Eduardo de Wessex y su mujer, Sofía, se encuentran en busca de un nuevo chef para su residencia cerca de Bagshot, un pueblo 18 kilómetros al suroeste de Windsor.

El cocinero se encargará, además del menú diario de la familia, de la preparación del catering de eventos formales como cenas y fiestas en las que por supuesto se podría contar con la presencia de la reina. “Como parte del equipo, tendrá que emprender algunos deberes de gestión interna para apoyar el funcionamiento de la residencia. Esto incluirá mantener la limpieza y presentación de las áreas de la cocina”.

“La vacante está pensada para un chef entusiasta en los inicios de su carrera que esté interesado en desarrollar habilidades en un entorno de trabajo único”, cita la oferta laboral.La nueva vacante permite recordar el caso de David Quick quien durante años ejerció como jefe de cocina de la residencia de los Wessex y que emprendió un sorprendente salto profesional en 2015 de la mano de Sofía de Wessex, al convertirse en su estilista personal.

Pero a diferencia de Quick, los cocineros o chefs de la Casa Real no suelen combinar experiencia de alta cocina con la moda. En su mayoría, quienes entran a formar parte del selecto grupo de 20 cocineros que sirven a la reina Isabel II y su familia son experimentados chef con destrezas en áreas como la pastelería y la cocina británica tradicional, que deben entender cada uno de las preferencias culinarias de su majestad.

Hace poco más de un mes, la abuela del príncipe Harry y el príncipe Guillermo también se encontraba en busca de un chef de segundo mando dispuesto a seguirla por sus residencias extendidas por todo el territorio inglés. Las exigencias de la vacante citaban, por ejemplo, experiencia en cocina clásica francesa y caterings de grandes dimensiones. Las solicitudes de la monarca hacen referencia precisamente al hecho de que ella, según ha confesado Darren McGrady quien sirvió durante 15 años a la reina y su familia, prefiere la comida tradicional, tanto inglesa como francesa y se inclina la comida con poca cebolla y casi nada de ajo.

Lo que, por supuesto, se tiene en cuenta en el diseño y preparación del menú diario y semanal. La madre del príncipe de Gales no es una mujer con un gran apetito por lo que al desayuno simplemente se decanta por un bol de cereales. Para la comida, servida a la una en punto, la reina suele pedir un pescado blanco o un pollo asado con verduras y para la cena un venado o salmón. Es a la hora del té donde disfruta más con especiales bocadillos de atún o con postres como tarta de chocolate. Sus cocineros han confesado que entre los platos favoritos de Isabel II se encuentran el faisán, la perdiz y otras piezas de caza menor.

Entre las responsabilidades de un chef real como Mark Flanagan jefe de cocina de las cuatro residencias de Isabel II, se encuentra el diseño y preparación del catering de importantes eventos como bodas y banquetes reales. Flanagan fue fichado por su majestad en 2002, tras trabajar en el prestigioso Club de Golf Wentworth así como en Oxford, Australia, Amsterdam y Londres.

Otros cocineros recordados de la familia real son Darren McGrady, uno de los empleados del Royal Household que más secretos ha desvelado sobre su anterior posición. Trabajó durante 15 años al servicio de Isabel II y sirvió también a la princesa Diana y a sus hijos. Entre los chefs que han servido para la familia son los chefs pasteleros Kathryn Cuthbertson y Selwyn Stoby o Ian Spencer yVictoria Scupham.

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