Esto es lo que pasaría con la posible boda de Beatriz de York si la princesa Eugenia se queda embarazada

Todas las casas reales del mundo tienen sus propios protocolos y son estrictos de cumplir, aunque siempre hay excepciones que dan cierta libertad a sus miembros. En materia de comunicados oficiales las entidades coinciden en una cosa: ningún miembro debe eclipsar con sus noticias las del resto de consanguíneos. Esto se traduce en que no se pueden lanzar dos noticias de alto calibre juntas en un espacio corto de tiempo.

Eugenia y Beatriz de York están, a día de hoy, en el punto de mira de la prensa británica. Corren a la misma velocidad rumores sobre el posible embarazo de la primera y el factible compromiso de la segunda. En ocasiones anteriores ya habíamos visto coincidir otros sucesos y la consecuencia, apuntan varios expertos, sería que Beatriz tendría que retrasar el anuncio de su compromiso. El protocolo que estaría obligando a la hermana mayor a tomar esta decisión es el mismo que en su día obligó a la princesa Margarita a hacer lo mismo por culpa de la reina Isabel II.

La princesa Margarita, hermana pequeña de la reina Isabel II, tuvo su momento de drama en el año 1960. Tras una turbulenta vida amorosa, la princesa por fin encontró el amor con Antony Armstrong-Jones. La reina se sintió feliz por la noticia de su hermana y a pesar de aceptar el matrimonio, la obligó a esperar para contarlo. Estaba en camino el príncipe Andrés, tercer hijo de la reina, y la noticia del matrimonio no podía interferir con las expectativas que generaba el alumbramiento. El príncipe nació el 19 de febrero de 1960 y, tan solo una semana después, la casa real británica lanzó la noticia del compromiso entre Margarita y Antony.

En una situación parecida se encontraron los ahora duques de Sussex y los de Cambridge a finales de 2017. Mientras Kate Middleton se quedaba embarazada del pequeño Louis, Meghan Markle y el príncipe Harry estaban iniciando su vertiginosa relación. Sin embargo, la cadencia de las cosas fue más relajada y natural, o eso parecía. En septiembre de ese año se anunciaba el embarazo de Kate Middleton, habiendo pasado el primer trimestre reglamentario para dar una noticia así. Tan solo dos meses después, el príncipe Harry posaba junto a su prometida de forma oficial. El 19 de abril de 2018 nacía el pequeño Louis y, apenas un estudiado mes después, Meghan y Harry se daban el sí quiero en el castillo de Windsor. Ese mes era el justo y necesario para no eclipsar la noticia del bebé y que además Kate pudiera asistir al enlace recuperada del parto, con su impoluta y perfecta imagen de siempre.

Ahora reina la hipótesis del embarazo de la hermana pequeña de las York. Una idea que no es nada descabellada porque, normalmente, cuando un miembro de la familia real británica se casa, no tarda en tener descendencia. Meghan y Harry tardaron solo cinco meses en anunciar la buena nueva desde que se casaron y en octubre hace un año desde que Eugenia de York se diera el ‘sí, quiero’ con Jack Brooksbank.

Las especulaciones sobre el compromiso de la princesa Beatriz de York han ido creciendo más y más en los últimos días. Su relación con el multimillonario italiano Edoardo Mapelli parece que va viento en popa y todos los miembros de la familia real creen que la princesa está muy feliz con él.

Si ambos rumores fueran ciertos, serían las hermanas quienes deberían coordinarse para decidir quién debe comunicar su noticia primero. Lo lógico, teniendo en cuenta el curso natural de un embarazo, sería que Beatriz fuera la que se adaptara su hermana para planear su boda. Incluso podríamos llegar a encontrarnos con una situación parecida a la de los duques de Cambridge y de Sussex en cuanto a tiempos.

En cuestiones de protocolo, cualquier cosa es posible. Cada caso es diferente y si los rumores se cumplen veremos la forma en la que la familia real británica lo gestiona todo.

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