Irene Rosales se derrumba en su reaparición en la tele tras la muerte de su madre

Han pasado unos diez días desde que Irene Rosales se le escapara una parte muy importante de su vida. Su madre, Mayte Vázquez, perdía la batalla contra el cáncer y, desde entonces, la modelo y colaboradora de Telecinco había permanecido refugiada en su familia. Kiko Rivera ha sido un pilar importante, pero también su suegra, Isabel Pantoja, que no se separó de ella durante el velatorio.

Pero, poco a poco, Irene tiene que ir recuperando la normalidad. Ayer, retomó su trabajo en televisión y se sentó en su silla en el plató de ‘Viva la vida’. Con los sentimientos a flor de piel, porque está todo muy reciente, no pudo evitar derrumbarse al recordar a su madre y la vorágine de sensaciones por las que se ha visto arrastrada en esta semana y media.

Empezaba agradeciendo a sus compañeros que hayan estado arropándola en este complicado momento: «He recibido todo vuestro apoyo«. Se lo decía a Emma García, la presentadora, que tenía unas cariñosas palabras para ella: «Seguro que tienes la fuerza de esa estrella que brilla más fuerte que nunca».

«Estoy destrozada. Hay sido muy pronto»

Rosales necesitaba un abrazo que Emma le daba. Y, sin poder parar de llorar, derrumbada y rota ante un público enmudecido, acertaba a pronunciar: «Estoy destrozada. Hay sido muy pronto, me ha venido de golpe. Mi madre era mis manos, mis piernas, mi todo». Los nervios se apoderaban de ella y le costaba expresar todo lo que llevaba dentro.

«Se fue conmigo a solas, en casa. Es algo que por un lado me tranquiliza pero por otro me rompe. Me despedí sin quererlo…», explicaba antes de añadir: «Me siento culpable en cada paso que doy, pero tengo que seguir adelante por ella».

Por si fuera poco, aún le quedaba por escuchar un mensaje de apoyo que le mandaba su marido. Sin soltar el pañuelo, contestaba con una auténtica declaración de amor a Kiko: «Es la persona más importante. Es quien está entendiendo mejor mis circunstancias, mis cambios de humor… Gracias, gracias por estar en mi vida porque no se que hubiera sido sin él».

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