Kate Middleton podría dejar de ser duquesa de Cambridge para convertirse en ¿princesa de Gales?
Desde que Kate Middleton se casó con el príncipe Guillermo es duquesa de Cambridge, un título del siglo XVIII que han heredado los príncipes George y Charlotte. Pero ¿qué pasará cuando Guillermo Windsor se convierta en rey? Ella será reina consorte pero, además, necesitará un título independiente al de duquesa de Cambridge que también podría mantener. La decisión más importante pasaría por aceptar o no ser princesa de Gales. Un título que, por el momento, parece pesar demasiado.
Es bastante habitual que Kate Middleton recuerde a Lady Di. Ha vuelto a suceder esta semana durante la cena ofrecida por la reina Isabel II en Buckingham al cuerpo diplomático vestida con un bonito vestido de terciopelo azul marino con escote en forma de corazón de Alexander McQueen y la espectacular tiara Lover’s Knot, la favorita de la fallecida princesa. Esto podría indicar que la duquesa valora la posibilidad de heredar el título que perteneció a la madre de Guillermo y Harry Windsor, un icono de estilo, una princesa muy poco habitual que vivió un matrimonio menos feliz aún y acabó divorciándose del heredero al trono británico poco antes de morir en un trágico accidente de tráfico en París.
No habían pasado aún diez años cuando el príncipe Carlos se casó con quien había sido su eterna amante, Camilla Parker Bowles. La situación era lo menos propicia para decidir asumir el título de Diana. Así que Camilla prefirió ser nombrada solamente duquesa de Cornualles, y el día que el príncipe Carlos se convierta finalmente en rey -el primer paso que se plantea es que sea regente de una monarca con su título aunque retirada del día a día-, Camilla será princesa consorte. Solo princesa. El título en realidad es un invento sin precedentes en la historia de la monarquía británica donde solo se puede ser príncipe o princesa por nacimiento. Tras el precedente, a Kate Middleton se le abre también la opción de ser solo princesa Kate en lugar de reina Catalina algo que, sin embargo, se espera. Una nueva reina -consorte- tras la más longeva de la historia que sigue viva, enérgica y sin demasiado entusiasmo por dejar paso al príncipe Carlos aunque consciente de que con la tormenta del príncipe Andrés sobrevolando la monarquía británica es algo necesario.
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