La contundente razón por la que Michelle Pfeiffer no ha querido desvelar antes que también sufrió acoso sexual en Hollywood
Que nadie piense que gracias al movimiento #MeToo ya han salido a la luz todas las vergüenzas que Hollywood lleva escondiendo décadas. Sí, es cierto que muchas estrellas ya han dado el paso para contar sus experiencias con el acoso; pero todavía quedan muchas más que están esperando el momento adecuado para compartir las suyas.
Un camino delicado que necesita un proceso de aceptación por el que parece que por fin ha pasado Michelle Pfeiffer, que acaba de contar no solo que ella también ha sido víctima del acoso de hombres poderosos de la industria; sino también de explicar por qué ha tardado tanto tiempo en decirlo en voz alta.
Según desvela en una entrevista concedida al The Sunday Times, Pfeiffer no asumió que había sufrido acoso hasta años después de que pasara, ya que por aquella época que las actrices se enfrentaran a estas situaciones era lo habitual. Por eso solo después de que estallara el #MeToo tomó conciencia de lo que le había ocurrido.
“Al principio pensé que yo no había tenido esas experiencias, pero poco a poco mi percepción cambió hasta que entendí que sí, que yo también fui víctima de acoso sexual”, relata la actriz, que reconoce que durante mucho tiempo se culpó a sí misma por haber tenido que pasar por algo tan horrible.
“He pasado por el mismo proceso que todas las víctimas: primero negación, después autoculparme porque no debería haber llevado tal vestido… Pero cuando te haces mayor lo ves desde otra perspectiva y te das cuenta de que solo eras una niña y que todas aquellas situaciones no estaban bien”, relata Michelle, que admite que cuando tenía 20 años “un hombre muy poderoso de la industria” se propasó con ella.
“Lo pienso ahora y me da repelús. Fue algo realmente incómodo e inapropiado. Supongo que por eso guardé este recuerdo en un cajón tanto tiempo”, afirma Michelle, que siente que a sus 62 años por fin ha encontrado su sitio como actriz y como mujer.
“Para las mujeres de mi edad y de mi generación ha sido muy difícil encontrar nuestra propia voz. Hubo un tiempo en el que no se nos tomaba en serio y que parecía que teníamos que pedir permiso para hablar. Y eso es algo que, quieras o no, afecta mucho la manera en la que te ves a ti misma y al lugar que ocupas en este mundo”, concluye.
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