La historia de amor de ‘la Kate Middleton del Himalaya’ o la reina más feliz del mundo
Jigme Khesar Namgyel Wangchuck adora a su reina Dragón al punto que ha renunciado a la poligamia, hábito legal en esta monarquía parlamentaria a la que llegó la televisión en el año 1999
La reina de Bután es como las princesas de los cuentos infantiles: hermosa, joven, con expresión de bondad y la dulzura de las mujeres de Asia. La imagen deJetsun Pema Wangchuck (Thinphu, 1990) es tan perfecta que parece la protagonista de un comic: pose elegante ataviada con sedas de colores chillones, melena negro intenso que adorna con flores exóticas y ojos rasgados que la hacen tan singular como su reino. Hoy es actualidad porque acaba de dar la bienvenida a su segundo hijo.
A pesar de reinar en un lejano territorio de la cordillera del Himalaya, Jetsun Pema Wangchuck forma parte del club de jóvenes plebeyas, hermosas y sobradamente preparadas al igual que la reina Letizia, Rania de Jordania o Catalina de Cambridge. De hecho, a la reina de ese pequeño país entre China e India la conocen en Asia como la “Kate del Himalaya”.
Pero Jetsun Pema es una plebeya con pedigrí. Su padre, Dhondup Gyaltshen, piloto de profesión, es el nieto de un gobernador de Trashigang (uno de los 20 distritos en los que divide Bután) . Su madre, Sonam Chuki, proviene de una de las más antiguas familias nobles del país (el abuelo materno era el medio hermano de la esposa del segundo rey de Bután) . Y su familia siempre ha gozado de estrechos vínculos con el clan real del Reino del Himalaya. De hecho, el rey Jigme Namgyal Wangchuck Khesar la conoció cuando Jetsun Pema tenía 7 solo años durante unas vacaciones familiares y ya entonces cayó rendido a sus pies.
Aficionada a las Bellas Artes, la pintura y el baloncesto, Jetsun fue capitana del equipo de baloncesto en la escuela y siempre ha seguido interesada en este deporte. Además, premiada por sus dotes de oratoria.
El reino de la felicidad
La boda del joven rey de la dinastía Wangchuck, diplomado en Oxford y aficionado al baloncesto (conocido también como el “príncipe azul del Himalaya”, por su físico similar al de Elvis Presley) con Jetsun Pema, 10 años menor, se celebró el mismo año en el que también pasaron por la vicaría Guillermo y Catalina de Cambridge y Alberto y Charlene de Mónaco. Sin embargo, a esta ceremonia celebrada en octubre de 2011 por decisión de un lama en función de la alineación de los planetas y de los signos astrológicos de los novios, y que debía oficiarse al día siguiente de una noche de luna llena, no asistieron representantes de casas reales.
No hubo aquel día príncipes extranjeros. Se perdieron todo un ritual de color, músicas y cánticos. Los novios, vestidos con atuendos tradicionales, se sentaron en un trono, flanqueados por monjes budistas y cestos de fruta. Tras la ceremonia, los recién casados salieron a saludar personalmente al pueblo butanés. El rey les habló de su esposa: "Es un ser humano maravilloso e inteligente. Compartimos una gran cosa en común: el amor y la pasión por el arte ". Al preguntarle cómo se sentía como hombre casado, el monarca contestó: "Es genial, deben probarlo." Y pidió permiso para besar a la novia en público.
Jigme Khesar Namgyel Wangchuck adora a su reina Dragón al punto que ha renunciado a la poligamia, hábito legal en esta monarquía parlamentaria a la que llegó la televisión en el año 1999. Bután tan solo tiene 700.000 habitantes, es aproximadamente del tamaño de Suiza y un país que selecciona el turismo que recibe al exigir una visa de 200 dólares por día.
La gran peculiaridad de Bután es cambiar el concepto de economía y PIB por el indicador “Felicidad Nacional Bruta” como medidor del bienestar de sus súbditos. El indicador se basa en cuatro pilares: la conservación de las costumbres locales, el cuidado por el medio ambiente, el buen gobierno y el crecimiento económico. Lo importante para ellos es la felicidad. Y en una encuesta realizada hace algunos años, el 45% de la población dijo sentirse "muy feliz", el 52% "feliz" y sólo el 3% admitió que no lo era.
Y este es el reino de la piropeada reina Dragón. Los niños dicen de ella: "Es la luna, una bella heroína y la flor de loto”. Otros: “Pienso que ella es una reencarnación de una diosa, es tan hermosa”. Su marido destacaba ante el Parlamento: “Es joven, cálida, y de buen corazón y carácter. Estas cualidades, junto a la sabiduría que llegará con los años y la experiencia, harán de ella una gran servidora de la nación ". Como en los cuentos, vaya. Por si alguien se anima, a lo largo de este año el matrimonio protagoniza un calendario digital que todos los ciudadanos se pueden descargar de internet gratuitamente .
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