La marquesa de la Puente, el apoyo de Esther Doña en la nobleza y dueña de la finca donde cazaba el rey Juan Carlos

El 22 de julio de 2017 la exmodelo malagueña Esther Doña se convirtió en la marquesa de Griñón y dejó de ser una persona anónima al casarse con Carlos Falcó. Tres años después de su boda, la cuarta esposa del marqués conserva su título con la coletilla de “viuda”, pero el estatus social del que disfrutaba en vida de su marido, fallecido el pasado mes de marzo a causa del COVID-19, sumado a los cambios de la nueva normalidad –sin fiestas de alto postín ni eventos sociales–, se ha visto tambaleado.

Mientras la relación que mantiene con los cinco hijos de Griñón siempre ha sido nula, hay sin embargo un familiar del difunto marqués que sigue ofreciéndole su amistad. Se trata de Verónica Fernández de Córdova y Aznar, VII marquesa de la Puente y Sotomayor. Según informaba la periodista Paloma Barrientos en Vanitatis, Doña sigue acompañándola a las cenas y almuerzos a los que solía asistir como marquesa de Griñón, y sería ella el único eslabón que le queda a la viuda con la nobleza española.

La marquesa de la Puente y Sotomayor era prima de Carlos Falcó. Al igual que él, nació siendo nieta del VIII duque de Arión, Joaquín Fernández de Córdova y Osma, un aristócrata cercano al rey Alfonso XIII que, entre otros, reunió los títulos de marqués de Griñón y de marqués de la Puente y Sotomayor. A su muerte, el primero de estos marquesados pasó a su nieto Carlos Falcó, mientras que el segundo lo heredó su hijo Jaime, padre de la actual marquesa de la Puente y Sotomayor y hermano de la madre de Falcó.

Pero los dos primos compartían algo más que lazos de sangre y apellidos. Al igual que el difunto marqués de Griñón, Verónica Fernández de Córdova lo sabe todo sobre el vino y de hecho es consejera de la bodega Herederos de Marqués de Riscal. Con Carlos Falcó, solía coincidir en eventos relacionados con la cultura vinícola como la cena de gala que organizó en diciembre del año pasado la Asociación de Mujeres Amantes de la Cultura del Vino (AMAVI) en honor del marqués de Griñón, una velada en la que la marquesa de la Puente y Sotomayor compartió mesa con este y Esther Doña.

Vernónica Fernández de Córdova también es aficionada a la caza, y si su primo presumía de que las cacerías organizadas en el palacio de El Rincón atrajeron a los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia o a don Juan Carlos, ella saca pecho en la página web de su finca al asegurar que allí “se han celebrado cacerías con las mejores escopetas nacionales e internacionales y ha servido de casa a los Reyes de España y a los de Grecia”.

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Se trata de El Molino Blanco, una extensa finca situada en San Martín de Pusa, Toledo, que al igual que lo que ocurría en vida de Carlos Falcó con El Rincón, la VII marquesa de la Puente y Sotomayor suele alquilar para bodas y rodajes cinemoatográficos. Allí se celebró también su boda en el verano de 1987 con el empresario Luis Tassara Gil Delgado, ya fallecido, así como el posterior enlace de este con otra mujer, Almudena Llopis. Da la impresión, por tanto, de que la marquesa de la Puente y Sotomayor es tolerante con ese club de las posteriores esposas al que pertenece su prima política Esther Doña.

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De no haber sido por la pandemia, el pasado marzo la finca El Molino Blanco también habría albergado la boda del hijo pequeño de la marquesa, Luis Tassara Fernández de Córdova. Una ceremonia a la que es de suponer que, no habiendo fallecido Carlos Falcó por coronavirus, habría asistido Ester Doña, y en la que, una vez se celebre, quién sabe si veremos a la marquesa viuda de Griñón coincidir con todos aquellos que le han vuelto la espalda.

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