La televisión pública de Israel demanda a Madonna por su polémica actuación en Eurovisión

Cuando se confirmó el pasado mes de mayo que Madonna iba a actuar en el festival de Eurovisión todos sus fans, y seguramente ella misma, esperaban que aquello fuera histórico. Después de años soñando con ver algo así, la cantante decidió acudir a Israel para presentar un par de temas de su nuevo disco, Madame X, ante una audiencia global mayor que la que tuvo durante su actuación en la Superbowl. Porque aunque a algunos todavía les cueste creerlo, no hay mayor escaparate publicitario para un artista que el festival europeo de la canción.

Sabiendo esto, lo normal es que Madonna se hubiera tomado muy en serio su show. Pero para decepción de la mayoría, aquella presentación de Madonna en Tel Aviv resultó ser una de las más desastrosas que se recuerdan. Problemas de sonido y puesta en escena que la cantante justificó por el poco tiempo que había tenido para ensayar en el recinto su número para realizar ajustes técnicos.

Al menos le salvó su inesperada reivindicación a favor de la paz entre el pueblo palestino e israelí. Un estamento político prohibido en el festival que Madonna se saltó colocando en la espalda de sus bailarines dos banderas de ambos países que durante la emisión en directo no hubo tiempo de censurar.

Un atrevimiento que podría costarle a la cantante una sanción económica por saltarse las normas firmadas en su contrato. Y aunque parecía totalmente olvidado, al final así podría ser, ya que según confirma hoy Variety, la televisión pública israelí ha presentado una demanda contra Live Nation y Live Nation Israel, la compañía que representa a Madonna, para pedir una compensación económica.

Aunque la sorpresa es que la denuncia no es por hablar de política en el escenario, como era de esperar, sino porque al parecer el equipo de Madonna prometió hacerse cargo de todos los gastos relacionados con la actuación pero al final fue la televisión pública la que le tocó pagar todo lo relacionado con logística técnica y personal, incluyendo pantallas para proyectar, cascos, asistentes en el escenario, personal de seguridad y demás.

Si ese es el motivo real de la demanda, o solo una excusa para castigar a la cantante por posicionarse en un conflicto territorial lo tendrá que decidir el juez encargado del juicio, que todavía no tiene fecha. Pero vamos, que lo que pide la televisión israelí son 390.000 dólares. Para alguien como Madonna, eso es una menudencia a cambio de poder hablar con libertad donde le dé la gana. Como siempre ha hecho, por otro lado, caiga quien caiga.

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