Luc\u00eda Rojas Marcos: \
- Lucía Rojas Marcos es hija del prestigioso piquiatra Luis Rojas Marcos.
- La psicóloga nos explica cómo afrontar el aislamiento por el COVID-9.
Por primera vez en la historia de nuestro país, tras la Guerra Civil, nos enfrentamos a una pandemia que está costando miles de vidas, el coronavirus, y que ha obligado al Gobierno a tomar medidas nunca vistas: estado de alarma, cierre de toda actividad educativa, religiosa, cultural… salvo aquellas dedicadas a abastecer de alimentos y medicinas a la población. Una pandemia que ha provocado la saturación en hospitales públicos y privados. Medidas inéditas que se mantendrán por un largo periodo de tiempo. De ahí, que para darnos las pautas a seguir en momentos tan dramáticos, haya hablado con la prestigiosa psicóloga Laura Rojas Marcos, que vivió en primera persona las consecuencias físicas y psíquicas de los atentados del 11-S hace 20 años, en Nueva York.
Laura, ¿cómo vivió aquel trágico 11?
Fue uno de los peores días de mi vida, lo tengo grabado a fuego. Nunca olvidaré aquellas imágenes, lo que sentí aquel día y los meses posteriores: angustia, miedo, tristeza, dolor, frustración, pérdida, dudas, inseguridad y un profundo amor por mi familia y amigos. Ha sido uno de los mayores tsunamis emocionales de mi vida.
¿Algún recuerdo especial?
La angustia al no poder contactar con mi padre y mis amigos cercanos, las imágenes de las personas saltando de las Torres –imágenes que en ocasiones aún me atormentan–, pero también recuerdo el profundo alivio que sentí al saber que muchos habían sobrevivido.
«Hablar de nuestros sentimientos y emociones no siempre es fácil. Primero necesitamos saber qué sentimos y llamarlo por su nombre»
Dicen que en los momentos difíciles sacamos lo mejor del ser humano.
Mi experiencia personal y profesional ante la adversidad es que la mayoría sacan lo mejor de sí mismas. He sido testigo de la generosidad, el altruismo y la compasión de muchísimas personas que frente al sufrimiento ajeno ofrecen algo de sí mismas con el propósito de ayudar.
Se critica a los políticos, unas veces con razón y otras sin ella.
La reacción de los políticos de la ciudad y del estado de Nueva York fue ejemplar. Pusieron a un lado sus diferencias y se unieron todos. También fue ejemplar la respuesta de todos los servicios de emergencia y de los ciudadanos. Sin embargo, para muchos, la reacción del presidente del momento no fue del todo acertada.
Trabajó como voluntaria de apoyo: ¿cómo se vivió esa tragedia dentro de los hospitales?
La respuesta fue inmediata y ejemplar. Todos los profesionales sanitarios de todos los hospitales, públicos y privados, se prepararon para atender a los posibles heridos. Se liberaron camas, se prepararon todas las salas quirúrgicas, los sanitarios jubilados o de vacaciones volvieron voluntariamente a los hospitales para ayudar… Pero llegaron pocos pacientes, ya que murieron al caer las torres.
Debió de ser muy traumático.
Sí, porque todos querían dar lo mejor de sí, pero había pocos a los que ayudar. Esto tuvo en ellos un efecto emocional muy estresante, ya que esperaban y esperaban y no llegaba casi nadie al que salvar.
¿Los sanitarios necesitaron ayuda psicológica?
Por supuesto. TODOS la necesitamos de una u otra forma. De hecho, se creó un servicio de apoyo emocional entre todos para ayudarnos mutuamente. Todo el servicio de emergencia, los sanitarios, los voluntarios y ciudadanos tuvieron a su disposición ayuda psicológica gratuita. Si querías hablar, desahogarte, lo que quisieras y lo que necesitaras, podías hacerlo. Siempre había alguien dispuesto y disponible a ayudar y escuchar.
«El 11-S fue uno de los mayores tsunamis emocionales de mi vida»
¿Por qué en momentos así nadie habla de la soledad, del miedo a la muerte?
Hablar de nuestros sentimientos y emociones no siempre es fácil. Primero necesitamos saber qué sentimos y llamarlo por su nombre, y este ejercicio puede ser un verdadero reto para muchos. No todo el mundo se desarrolla en un entorno en el que se habla y se aprende a identificar y a gestionar las emociones. De manera que no todo el mundo sabe afrontar bien sus fuentes de malestar y miedos. Quizá deberíamos reflexionar sobre cuáles son nuestros mecanismos de defensa para superarlos.
¿Puede afectarnos psicológicamente el aislamiento al que estamos sometidos?
Todos estamos pasando por un momento difícil y estresante. Para algunos es peor que para otros. Pienso en aquellas personas que están solas, que no se valen por sí mismas y aquéllas que están atrapadas conviviendo con ‘el enemigo’, con personas tóxicas, agresivas y conflictivas, tan dañinas como el virus.
«Siempre había alguien dispuesto y disponible a ayudar y escuchar»
¿Qué consejos daría a todos los que estamos confinados?
Pueden aprovechar este parón para reflexionar. No debemos olvidar que podría ser peor… Podría ser una guerra entre personas y no lo es. A pesar de que algunas personas están luchando en los hospitales por su vida, las estadísticas indican que la gran mayoría sobreviven a la enfermedad. De manera que el aislamiento, aunque puede ser a veces un poco agobiante, también tenemos la suerte de evitarlo utilizando, por ejemplo, las nuevas tecnologías para ponernos en contacto con amigos, familiares, conocidos.
¿Y cómo lo manejan quienes tengan familia en residencias u hospitales que no pueden visitar?
Les diría que deben mantener la calma y confiar en los profesionales de la salud. Tenemos uno de los mejores sistemas del mundo. También añadiría que esperar a tener resultados en compañía ayuda mucho. Hablar y compartir durante el tiempo de espera, y de una forma constructiva, siempre será mejor y más saludable.
¿Cómo aislar a los niños, si los medios no hablan de otra cosa?
Pueden jugar, leer, hablar y compartir actividades; es la clave. También pueden participar en iniciativas para apoyar a personas, sean familiares o vecinos, para hacer compañía utilizando las nuevas tecnologías: mandar un email o hacer una videoconferencia con un familiar que está solo en su casa es una manera de acompañar y de distraer también.
¿Han aumentado las visitas en su consulta en estas últimas semanas?
Sí. No sólo he hablando con mis pacientes habituales, también con personas que se han contagiado del virus y están en casa, así como con algunos médicos que están estresados y saturados.
¿Cambiará el virus nuestras vidas?
Ya están cambiando muchas cosas. Es evidente que las consecuencias económicas a nivel mundial serán significativas, y a nivel psicológico y relacional, tendremos muchos cambios asociados: el valor que damos a las pequeñas cosas, nuestros familiares y amigos, el papel que tenemos en la sociedad y la importancia de colaborar y contribuir al bien común y formar equipo, así como saber entrenarse y parar a reflexionar desde la calma.
«No debemos olvidar que podría ser peor, podría ser una guerra entre personas y no lo es. Las estadísticas indican que la mayoría sobreviven a la enfermedad«
Experta en familia, ¿considera usted que sigue siendo el pilar de la sociedad española?
Para la mayoría, sin duda; no olvidemos que el entorno familiar es el primer escenario de nuestra vida, el lugar donde aprendemos sobre el amor y el desamor, a compartir y competir, a comunicarnos y escuchar, donde se crean las bases principales sobre las cuales construimos nuestra personalidad y autoestima;donde aprendemos a gestionar las emociones propias y de otros, y a tomar nuestras primeras decisiones.
Siendo así, ¿por qué en España han bajado las bodas un 54 por ciento?
Porque el concepto del matrimonio ha evolucionado y en la sociedad actual no es un ‘requisito’ ni una expectativa social. Además, las parejas de hoy en día tienen la posibilidad de vivir juntas antes de casarse para probar si la relación funciona. De igual modo, pueden tener hijos sin casarse y estar amparados por la ley.
¿Influye la economía?
Hay parejas que deciden aplazar el matrimonio porque no tienen una situación económica y laboral estable. Muchos jóvenes, y no tan jóvenes, viven aún con sus padres al ser dependientes económicamente.
¿El aumento de hogares monoparentales indica que éste será el modelo de familia en el futuro?
No lo creo, ya que la mayoría de las personas buscan vivir en compañía, ya sea con amigos, familiares o en pareja. Lo que sí es posible es que la cantidad de hijos con padres separados o divorciados siga aumentando, por tanto, la estructura familiar tradicional evoluciona.
¿Por qué aumenta el número de mujeres asesinadas?
Porque a pesar de que hay más concienciación, queda mucho trabajo por hacer y mucho que educar. Aún me encuentro casos de mujeres maltratadas que no tienen ayuda ni apoyo ni la protección legal necesaria para poder salir de una relación violenta.
«La agresividad es parte intrínseca de todo ser humano»
¿El maltrato psicológico es más difícil de detectar?
Me encuentro víctimas que no son conscientes de que la relación que tienen es de maltrato, especialmente en situaciones de maltrato psicológico. Por tanto, necesitamos seguir avanzando legalmente, educando desde la infancia y concienciando a la sociedad.
En muchos casos, los grandes damnificados son los hijos.
Tenemos que seguir trabajando para mejorar los procesos de apoyo para los niños, con programas que eduquen en la conducta violenta, sus diferentes formas, para poder aprender herramientas útiles que les faciliten pedir ayuda y saber cómo ayudar a otros, así como para poder hacer algo al respecto y evitar que la indefensión, la impotencia y el miedo llegue a extremos insoportables.
¿Cómo les influye la muerte de la madre en sus conductas?
De forma muy negativa, ya que se convierten en experiencias traumáticas de por vida. Hay un antes y un después en su vida, a raíz de lo cual pueden desarrollar diferentes trastornos del ánimo, de conducta o el síndrome de estrés postraumático, entre otros.
¿La violencia se hereda?
La agresividad es parte intrínseca de todo ser humano. Todos podemos ser agresivos en algún momento de nuestra vida, por tanto, sí podríamos decir que tener una respuesta violenta la tenemos grabada en los genes.
¿Dónde recarga las pilas?
Sevilla es uno de los lugares más importantes para mí al estar ahí mi familia. Sin embargo, Nueva York es igualmente importante porque es donde nací, me formé y viví la mayor parte de mi vida. Y Madrid es, en este momento de mi vida, mi hogar, la ciudad en la que vivo y donde estoy viviendo una etapa vital muy importante.
Mi foto favorita
«Esta foto de cuando mi hermano Bruno tenía meses y yo tres años, me despierta ternura y los mismos sentimientos que siento hoy día por él. Es uno de mis grandes tesoros».
¿Quién es Lucía Rojas Marcos?
Nació. En Nueva York, donde se licenció en Psicología Clínica.
Trayectoria. Es psicoterapeuta por la Federación Europea de Psicología y miembro de la Asociación Americana de Psicología y de la Asociación Española de Psicología positiva.
Durante los años que vivió en Estados Unidos se dedicó, además de a la psicología, al trabajo en diversas instituciones, clínicas y hospitales. En 2001, tras los atentados de las Torres Gemelas, colaboró en el Proyecto Libertad, un programa creado por el Gobierno Federal para ofrecer asistencia psicológica a las víctimas.
Desde 2002 reside en Madrid, donde ha colaborado con la Fundación La Caixa, además de otras instituciones y asociaciones españolas y norteamericanas. Tiene su propia consulta. En 2010 fue seleccionada como una de las 100 mujeres más influyentes de España.
Familia. Es hija del prestigioso psiquiatra Luis Rojas Marcos.
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