Meghan Markle confirma su voto en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos
Formar parte de una monarquía está lleno de ventajas. Muchísimas. Pero hay algo que los royal, al menos los que forman parte de una Familia Real, nunca podrán hacer: votar en unas elecciones. ¿El motivo? Que al ser una institución que representa a todo un país está sometida a un principio de imparcialidad que hace incompatible que muestre preferencia o apoyos personales hacia partidos o ideologías concretos.
En cualquier caso, renunciar a este derecho es algo que no debe costar mucho hacer cuando has crecido rodeado de privilegios, pero para aquellas personas que se convierten en parte de la realeza después de casarse con alguno de sus miembros, como Meghan Markle, aceptar que no pueden votar es un trago difícil. Sobre todo ella que nació en Estados Unidos, país donde las elecciones son sagradas.
Y aunque poder acudir a un colegio electoral para introducir su voto en una urna no es el motivo por el que ella y Harry abandonaron Inglaterra; ahora que ya no forman parte de la familia real británica Markle ha querido dejar claro que el próximo noviembre si votará en las elecciones en las que se decidirá si Donald Trump seguirá de presidente o será el candidato demócrata, Joe Biden, su sucesor en la Casa Blanca.
Así lo ha confirmado en un especial de la edición estadounidense de Marie Claire en el que han pedido a 100 mujeres influyentes que expliquen por qué es tan importante participar en estas elecciones. Un reportaje en el que han participado declaradas opositoras a la administración Trump como Michelle Obama, Oprah Winfrey o Hillary Clinton en el que Meghan Markle, sin confirmar cuál es su candidato favorito (aunque no hace falta), revela las razones de peso por las que todos los ciudadanos estadounidenses deberían ejercer su derecho a voto.
“Sé lo que es tener una voz y también sé lo que es sentirse sin voz”, declara Markle haciendo referencia a su pasado como royal en el que no tenía libertad para expresarse como ella quería. “También sé que ha habido muchos hombres y mujeres que se han dejado la vida en el pasado para que ahora seamos escuchados. Y esa oportunidad, ese derecho fundamental, reside en nuestra habilidad para ejercer nuestro derecho a votar y a conseguir que todas nuestras voces sean tomadas en cuenta”, defiende.
“Precisamente una de mis citas favoritas, una a la que mi marido y yo recurrimos habitualmente, es de Kate Sheppard, líder del movimiento sufragista de Nueva Zelanda. Ella dijo que no podemos pensar que nuestro voto particular no importa porque la lluvia que refresca la tierra seca se compone de millones de gotas. Por eso es por lo que yo sí voy a votar”, concluye.
Por cierto, que si lo hace es porque aunque se casó con Harry nunca llegó a renunciar a su nacionalidad estadounidense para adoptar la británica. Justo el mismo motivo por el que el príncipe, aunque resida en Estados Unidos, no podrá hacerlo. O se cambia la nacionalidad, o nunca podrá ejercer ese derecho.
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