Pete y Chasten Buttigieg: objetivo, la Casa Blanca
Ha sido la gran sorpresa de las primarias demócratas en Estados Unidos. Nadie —probablemente ni si quiera él mismo— esperaba que Pete Buttigieg pudiera alzarse con la victoria en la primera cita de la carrera electoral por convertirse en el candidato a la presidencia que en noviembre se enfrentará a Donald Trump en las urnas. Pero lo hizo en los caucus de Iowa por delante de candidatos tan consolidados y populares como Bernie Sanders, Joe Biden o Elizabeth Warren. Y aunque todavía quedan muchos meses por delante, si consigue dar la sorpresa, lo hará rompiendo moldes.
Para empezar, porque con apenas 38 años —solo tres más del mínimo legal para ocupar el Despacho Oval— sería el presidente más joven de la historia de Estados Unidos. Pero eso no es todo. Ni lo más importante. Hijo de un matrimonio de académicos, formado en instituciones de prestigio como Harvard y Oxford, alcalde de un pequeño pueblo de Indiana y exmilitar, Buttigied también sería el primer presidente abiertamente gay de la historia. Ha contado que se enamoró de un chico por primera vez cuando tenía 12 años, aunque trató de tener citas con chicas en la universidad porque no terminaba de aceptar su homosexualidad. De hecho, no salió públicamente del armario hasta 2015, cuando ya era alcalde de South Bend. Poco después, y a través de la aplicación para encontrar pareja Hinge, conoció al que es ahora su marido.
Él y Chasten Buttigieg se casaron en 2018 y desde entonces, forman una pareja terriblemente popular que ya ha ocupado la portada de la revista Time y ha sido entrevistada por la reina de los ‘talk shows’ Ellen Degeneres. Tienen carisma y tirón mediático: mientras Buttigieg es políglota —habla ocho idiomas— y combatió con las tropas norteamericanas en Afganistán, su marido trabaja como profesor en una escuela Montessori, es un monologuista aficionado, un amante del teatro y una estrella emergente en Twitter e Instagram. Ideológicamente moderado, Buttigieg no lo tendrá fácil para convertirse en el candidato pese a su inesperada victoria en Iowa. Pero si lo consigue, él y su marido aspiran a desafiar todos los esquemas tradicionales sobre la primera familia norteamericana.
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