¿Quién impide a Isabel II tener una recta final de reinado en paz?
Tiene 93 años y lleva los últimos 66 reinando. Isabel de Inglaterra ha batido varios récords y es una personalidad respetada en todo el mundo. Sobre todo, porque ha sido capaz de dar toques de humor a la rigidez que requiere ser la soberana del Reino Unido. ¿Cómo olvidar esa simulación de llegada en helicóptero a la gala inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012? Solo un detalle que dice mucho de su carácter más allá del protocolo que la rodea.
Siempre ha tratado de cuidar todo hasta el extremo. De que no se hablara de la corona que pesa sobre su cabeza desde hace más de medio siglo. Sin embargo, su familia no siempre se lo ha puesto fácil… Desde hace meses, la reina se ha visto en medio de una serie de polémicas que, si bien no apuntaban a ella de manera directa, sí podían poner en peligro la imagen de la institución. Y ha tenido que intervenir.
No queremos decir que vaya a renunciar, porque es algo que parece muy poco probable, pero su edad hace indicar que está en esa recta final de una reinado que, en estos instantes, carece de la paz que desearía. Primero, por la polémica de su hijo el príncipe Andrés, que no consigue sofocar los frentes abiertos por su relación con el Caso Epstein.
Ni siquiera retirarse de la vida pública ha sido suficiente. Las informaciones y las acusaciones se suceden, y si bien su madre le ha respaldado de cara a la galería, parece que de puertas de palacio para adentro, la actitud de esta es muy diferente. Ver el nombre de un miembro de la casa real asociado a un escándalo de pederastia, es algo que no puede tolerar y que podría estarle quitando el sueño.
Como también le trastoca la actitud y las últimas actuaciones del que era su nieto favorito, según la prensa de su país. El príncipe Harry demostró en aquel comunicado emitido a principios de octubre que no iba a pasar ni media a los medios de comunicación, que estaban presionando tanto a su mujer, Meghan Markle, que hasta estaba teniendo problemas de salud.
Los nietos díscolos
Unas líneas que no contaban con el beneplácito de la reina y que causaron fricción entre ellos. La misma que pudo ser determinante para desencadenar esa celebración lejos de Londres y el posterior anuncio de que se desvinculaban de la casa real y sus obligaciones, y que buscarían sostén económico para desvincularse de los presupuestos. Ya sabemos que la semana pasada se conocía que Isabel II había iniciado los trámites para prohibirles usar la marca Sussex Royal. Hoy, hemos despertado con un nuevo comunicado del matrimonio respondiendo a este paso.
Si estos dos frentes no nos parecieran suficientes, dos de sus otros nietos también se han situado en el centro de la polémica. En primer lugar, Beatriz de York, que se casará la próxima primavera. No, no es la boda el problema, sino unas imágenes que se publicaron en las que aparece al lado de Jeffrey Epstein y de Harvey Weinstein. Unas instantáneas que llevaron a imponer la ley del silencio en torno a ese enlace.
El segundo de los nietos polémicos es Peter Phillips. El hijo de la princesa Ana no solo ha protagonizado un anuncio en China de leche inglesa que no pareció ser del agrado de su abuela, sino que, además, se ha divorciado recientemente. Sí, por si faltaba algo en la corona británica, también una disolución del matrimonio…
¿Alguien más quiere incomodar a Isabel de Inglaterra? De momento, con su familia le basta.
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