Rocío Carrasco intentó quitarse la vida con tres clases de pastillas
La noche del 5 de agosto de 2019 marcó un antes y un después en la vida de Rocío Carrasco. Ese día, la hija de Rocío Jurado intentó suicidarse ingiriendo 39 pastillas, según se desprende de los informes médicos de urgencias del Hospital HM Sanchinarro y su posterior ingreso en otro hospital a los que ha publicado ABC, con permiso de la propia Rocío. Un duro episodio de su vida que ella mismo desveló el pasado 21 de marzo en el estreno de su serie documental, ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’. Hasta esa fecha eran muy pocos, ni los más íntimos, los que conocían el calvario por el que estaba pasando.
Rocío rompía así su silencio para contar su verdad sobre los últimos 25 años de su vida. Un testimonio en el que acusa a su ex marido, Antonio David Flores, de supuesto maltrato y de hacer, supuestamente, que sus hijos la odien. Llevamos ya siete episodios y las confesiones de Rocío están siendo muy cuestionadas. Concretamente, un medio de comunicación ha puesto en duda el intento de suicidio de la madre de Rocío Flores asegurando que solo ingirió tres pastillas, algo que dista, y mucho, de lo que aparece en los informes médicos que han publicado otros medios, como ABC. Ya que fueron 39 comprimidos de tres clases distintas de patillas.
Según se puede leer en el informe, el diagnóstico fue «intento autolítico», un término médico que significa intento de suicidio. Los facultativos que trataron a Rocío corroboraron la sobreingesta de tranquilizantes y añaden: «la paciente en el día de hoy, sin identificar desencadenante, decidió ingerir alrededor de 7 comprimidos de …, un blíster y medio de… (22 comprimidos) y 10 comprimidos de… (no sabe especificar la dosis)». Un cóctel explosivo de tranquilizantes con el que ponía en peligro su vida. Como refleja el informe, Rocío necesitó un tratamiento intravenoso con medicamentos específicos para este tipo de intoxicaciones.
Rocío Carrasco contó en su documental la conversación que mantuvo con la psiquiatra de guardia, a la que declara que «le habría gustado que su plan funcionara y que siempre queda el puente de Segovia para volver a intentarlo». Unas palabras que también se recogen en el informe médico. Y que llevaron a los médicos a ingresarla en una unidad especializada. Algo que Rocío aceptó de forma voluntaria, aunque solo permaneció ingresada un día. La hija de Rocío Jurado explicó en el documental que al pensar que este capítulo de su vida podía trascender consideró irse a casa a pesar de que los médicos se lo negaron y de ahí que en el parte médico, se lea «alta por fuga».
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