Sonsoles Ónega: "No estoy con nadie, pero me gustaría"
La agenda profesional de Sonsoles Ónega no solo no ha parado a causa del COVID-19 sino que ha estado más viva que nunca a través de su programa ‘Ya es mediodía’ de Telecinco, donde la actualidad informativa la ha tenido al cien por cien.
Eso sí, ha tenido que retrasar el lanzamiento de su nueva novela «por no hacer daño a los libreros», un trabajo que finalmente saldrá en junio.
Corazón Su confinamiento ha sido entre el trabajo y su casa, en eso muy diferente a la mayoría de los españoles. ¿Cómo lo está soportando?
Sonsoles Ónega He mantenido la rutina, aunque acortando tiempos y ajustando distancias, ya que tengo hasta una mampara en la redacción para hablar con la directora, y es que hay que tomar todas las medidas de seguridad. Cruzo los dedos para no contagiarme pero reconozco que es muy difícil vivir así, y eso es lo que les digo a mis amigos que no han salido de casa y que van a ver cómo ahora la vida es diferente. Hasta para manifestar nuestros afectos tenemos que cambiar nuestras costumbres y por eso estamos ensayando nuevos códigos de emociones. En lo que ya soy una experta es en abrir puertas con los codos.
C. ¿Cómo protege a sus hijos cuando vuelve a casa?
S. O. Paso por la ducha nada más abrir la puerta y echo la ropa a lavar en una bolsa con cuidado. Una vez te has limpiado es cuando empieza la vida familiar, algo parecido a lo que hacen los sanitarios.
C. Estará conmigo en que para un periodista es una época en cierta manera apasionante, informativamente hablando.
S. O. Evidentemente todos queremos estar en primera línea para contarlo. Soy de las que considero que se trata de la guerra de nuestra generación, y es que mi propia abuela a sus 94 años me dice que esto le recuerda mucho a lo que ella pasó. Ahora bien, más allá del drama emocional, nos hemos encontrado con la dificultad de poder ofrecer buena información contrastada, y eso a veces me ha generado inseguridad delante de la pantalla porque han sido escenarios informativos complicados y creo que muy parecidos a una guerra.
C. Por no hablar de la falta de libertad de expresión que se ha visto en algunos momentos.
S. O. Aquí no hay cañones pero lo que estamos viviendo se parece mucho a una guerra y tenemos que estar preparados para la posguerra, porque va a ser tremendo tanto en lo económico como en lo emocional, ya que aún no somos conscientes de que hay más de 22.000 fallecidos y esa herida va a tardar tiempo en cerrarse. No poder ni siquiera despedirte de tus familiares es algo que no se supera fácilmente.
C. El próximo 15 de junio cumple dos años en antena. ¿Cómo se ve pasado este tiempo?
S. O. Sigo pasando mis nervios cada vez que me pongo al frente, pero creo que ha sido una evolución muy flexible porque el programa ha ido creciendo y adaptándose a las necesidades según el momento y ha ganado ritmo y frescura, además de encontrar su propia identidad.
C. Indirectamente son responsables de la noticia más divertida de este confinamiento como ha sido el ‘Merlosgate’. A fin de cuentas, el romance entre Alfonso Merlos y Marta López nació precisamente en su programa, donde ambos colaboran. ¿Qué le parece el lío que se ha armado tras el famoso vídeo de Merlos con su nueva novia pasando por detrás?
S. O. No imaginé la increíble repercusión que iba a tener este vídeo, pero hay que pensar que todo el mundo estaba confinado en casa y esta historia les ha permitido desconectar durante un tiempo del drama diario que se estaba viviendo con la pandemia. En ese sentido ha supuesto un respiro con personajes cercanos y una manera de entretenernos con algo diferente
A Alfonso Merlos le ha faltado pedir perdón a Marta y no marear con si estaban o no juntos»
C. Usted sigue trabajando con los dos. ¿Ha tenido que regañar a Merlos o calmar a Marta? ¿Dónde se sitúa en esta extraña pareja?
S. O. Creo que ha fallado la gestión de este lío. A Merlos le dije que estaba muy disgustada porque en general no me gustan las infidelidades que, evidentemente pasan y son humanas, pero hay que saber afrontar. No sirven las excusas o argumentos que se caen por su peso. Hay ejemplos de cómo se asumen estas situaciones que se resumen con una frase tan simple como decir: «lo siento no volverá a ocurrir», pero a Alfonso creo que le ha faltado precisamente pedir perdón a Marta y no marear con si estaban o no juntos, ya que eso no va a ninguna parte. Estuve con los dos en el concierto de Isabel Pantoja y te aseguro se les veía muy enamorados. De ahí que el fallo lo vea en la gestión de la crisis. En estos momentos hay muchas mujeres que se sienten identificadas con Marta y aunque no sea mi caso, lo que tengo claro es que estoy de su lado, pero manteniendo intacto mi respeto hacia Alfonso, que es un colaborador de este programa y va a seguir siéndolo. Eso también quiero dejarlo claro. Solo faltaría que por asunto así sufriera algún varapalo profesional.
C. Hablando de finales, el pasado enero anunció su separación matrimonial de Carlos Prado, con quien había roto desde el mes de agosto sin que la noticia hubiera trascendido. Fue toda una sorpresa y aclaró que se trataba de un final de mutuo acuerdo y sin terceras personas por medio.
S. O. Mi ruptura es una situación asumida y rodada. Te puedo decir que me encuentro bien y esperando que algún día brote de nuevo el amor, aunque en estos tiempos va a ser más complicado. No estoy con nadie pero confieso que me gustaría. Soy una romántica y mientras no llega la historia de mi vida, opto por escribir una novela.
C. Precisamente el pasado 15 de abril tenía que haber salido al mercado su nuevo libro.
S. O. Evidentemente se ha pospuesto el lanzamiento y ha sido por no querer hacer daño a las librerías, ya que hay que apoyar al sector, pero espero tener fecha en breve. Estoy loca de ganas porque es una historia de amor imposible, y es que la literatura me permite poner en el papel todo aquello que me gustaría decir o escuchar. Mientras yo no lo vivo que lo hagan mis personajes
C. ¿Qué tiene que tener esa persona que le gustaría encontrar?
S. O. Me suelen enamorar las neuronas. Creo que con un tío inteligente vas al final del mundo, y también con una buena dosis de humor.
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