Un día en la vida de Jerry Hall
Jerry Hall me abraza cálidamente en la mansión de Bel Air donde vive con el que es su esposo desde hace tres años, el empresario de los medios de comunicación Rupert Murdoch. Me dirigen entusiasmados hacia su lugar favorito de la casa: la bodega Moraga Bel Air. Conozco a Jerry desde hace mucho tiempo, y siempre he admirado su generosidad hacia la familia y amistades.
Hoy es el papel de anfitriona el que ocupa su tiempo. Le comento lo guapa que está. Sonríe, diciendo con su inimitable acento de Texas: «Tengo que reconocer que toda esta buena vida ha hecho que coja algo de peso. Después de la fiesta nos toca dieta. ¡Demasiada comida deliciosa regada con vino!». Está aún más radiante que la delgadísima Jerry Hall de los 70, la que posó para Norman Parkinson con un bañador blanco frente a un mar turquesa en Rusia y se recostó sobre las rocas como una sirena para la portada de un disco de Roxy Music. «Mi vida, sin duda, ha cambiado –cuenta–. Rupert es el esposo más maravilloso del mundo. Es muy fácil vivir con él. Es muy educado. ¡Soy tan feliz!».
Cuando se hizo público su matrimonio con Murdoch se especulaba mucho sobre qué había visto en un hombre 25 años mayor. Los cínicos medios de comunicación tenían sus teorías, pero al observar cómo se desarrolla su cariñosa relación es fácil ver el atractivo. ¿Quizás Rupert, con sus atenciones, le ofrecía la protección emocional que ya no recibía de Mick? «Me lo pasé en grande con Mick, la gente de la música era maravillosa, pero es quien es, ¿sabes? Es algo mujeriego», relata con una irónica sonrisa.
«Sentirme querida y protegida es para mí lo más maravilloso del mundo». Tras cuatro hijos en común y muchos años de relación, se separó de Mick hace 20 años, después de que saliese a la luz una de sus muchas aventuras amorosas. «Una no quiere pasarse el tiempo en las fiestas sin quitar la vista de alguien que habla con todas las mujeres. ¡Qué aburrimiento!». Estira la palabra aburrimiento, y añade: «Pero adoro a su novia Melanie. Es muy bella y dulce. No sé, igual Mick se asienta. ¡Por fin!».
La propia Jerry se ha asentado. «Empecé a trabajar cuando tenía 11 años, primero cuidando niños y limpiando mesas en un restaurante, luego de camarera, modelo, haciendo teatro y películas, y ahora estoy totalmente retirada ¡y me encanta! ¡Es el cielo!». Aun así, recientemente ha dejado su retiro a petición de sus hijas Lizzy y Georgia May. Toda la familia está unida en su determinación de hacer que se promulgue la Equal Rights Amendment, la enmienda a la Constitución de EE. UU. destinada a garantizar la igualdad de derechos para todos los estadounidenses independientemente de su sexo.
Busca también eliminar las diferencias entre hombres y mujeres en lo referente al divorcio, la propiedad y el empleo. «Me ha gustado mucho ver que la ERA se ha tratado como promesa electoral en los debates del partido demócrata –afirma Jerry–. El voto femenino es muy importante, y nuestra Constitución debería incluir lenguaje que nos protegiese de la discriminación sexual».
Las chicas Jagger y su madre están determinadas a usar su influencia, unidas a personalidades como Patricia Arquette, Alyssa Milano, Reese Witherspoon o Gillian Anderson. «La parte más importante de lo que hacemos es educar a la gente sobre sus derechos», asegura Lizzy, que ayudó a la directora Kamala Lopez a producir el documental Equal Means Equal. «Una cosa es hablar sobre el tema y otra es presentarte en el Congreso y decir: ‘¡No me pienso mover hasta que se haga algo!’».
Jerry no puede ocultar el orgullo que siente por Lizzy. «Llama a la puerta de los congresistas para recaudar fondos. ¡No acepta que le digan no! He intentado inculcar en mis hijas los mismos valores que me legó mi madre. Me enseñó a ser siempre positiva y a luchar sin cesar por lo que quiero». Y su participación es un asunto de familia: «Mick escribió a los legisladores, y Rupert pagó varios anuncios en la prensa porque cree en la igualdad de derechos».
La familia es muy importante para ella, pero con una tan grande (Mick tiene 8 hijos, 4 con Jerry, y Rupert, 6) es normal preguntarse cómo se las arregla con la logística. «Estar en paz es fundamental. Las familias actuales son muy complicadas. Están las madres de los primeros hijos, las madres de los últimos hijos, las exmujeres. Pero tienes que intentar no ser demasiado peleona o paranoica porque al fin y al cabo todos somos personas que quieren ser felices». ¿Cuál es su secreto? «Me aseguro de que todo el mundo esté invitado a todo e intento que se sientan involucrados –declara–. No me olvido ni de sus cumpleaños ni de las Navidades. Pero no puedo decir que sea una experta. Después de separarme de Mick estaba enfadada y amargada. Fue hace mucho, ahora somos buenos amigos».
¿Cómo se siente ante el movimiento #MeToo? «Es horrible la cantidad de hombres que abusaron de su poder en la industria del cine –opina–. Es genial que se ponga un foco sobre todo eso. Las personas tienen que ser responsables de sus actos. Pero también creo que el péndulo ha llegado demasiado lejos. ¡La gente tiene miedo de decir hola en el ascensor!». Amén.
Fotos: Cortesía de Jerry Hall y Rupert Murdoch, Getty Images. Estilismo: Miguel Enamorado. Peluquería: Franco Gobbi para Milk_shake. Maquillaje: Jeanine Lobell para Chanel Beauty. Traducción: Antonio José Rodríguez.
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