20 retos para 20 mujeres
1. TERMINAR CON LA VIOLENCIA MACHISTA
En los últimos siete años, la cifra de mujeres asesinadas no ha dejado de crecer. Llevamos 1.027, desde que comenzaron los registros, en 2003. En España se denuncian entre 11.0000 y 12.000 delitos contra la libertad sexual al año, pero Europa afirma que la cifra representa solo el 20% de los casos. Los delitos sexuales cometidos por menores crecieron un 70% en cuatro años. Y el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado detectó en 2017 10.111 mujeres en situación de riesgo en la prostitución. Por cada una identificada, se calcula que hay 20 más en la sombra.
2. DETENER LA FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA
La miseria se cronifica en nuestro país, a pesar de la mejora del PIB. Se instala también la figura del trabajador pobre (que ya suponen un 14% de las personas en riesgo de pobreza), un perfil que tiene nombre de mujer: ellas desempeñan los empleos peor pagados y las medias jornadas, y sufren la brecha laboral. Según la Universidad Pompeu Fabra y La Caixa, las mujeres tienen un 30% de posibilidades menos de ser citadas a una entrevista de trabajo. Las más jóvenes heredan la tarea de buscar nuevas soluciones creativas: el ingreso mínimo vital (5.000 € anuales), la renta básica, el eurodividendo…
3. HACER DEL CUIDADO DE LA VIDA UN OBJETIVO ECONÓMICO
Cuando ya se plantea en los foros internacionales la necesidad de reformar el sistema económico, parece sensato atender a las aportaciones de las economistas feministas, tradicionalmente relegadas en este campo. Muchas ya piensan en un sistema en el que la meta sea el sostenimiento de las vidas y la sostenibilidad del planeta. No lo tienen fácil: jóvenes economistas como Lidia Brun han denunciado la agresividad e incluso violencia de los congresos de economía.
4. RECONQUISTAR LA RELACIÓN CON EL CUERPO
Generación tras generación, las expectativas que la sociedad proyecta en el cuerpo femenino nos provocan insatisfacción, ansiedad e incluso rechazo. Solo el 13% de las españolas se siente bien con su imagen, según una encuesta de Birchbox a 7.000 mujeres de entre 18 y 60 años. El malestar nos obliga a entrar en un infinito proceso de corrección y modificación que nos ocupa demasiado tiempo, dinero y energía (que además podríamos usar para perseguir un proyecto de vida más satisfactorio). La Sociedad Española de Medicina Estética afirma que, en 2020, el 50% de los españoles se habrá sometido a un tratamiento de rejuvenecimiento. Tras el movimiento body positive con el que las millennials tratan de ajustarse a la presión social por resultar “apetecibles”, se abre paso un nuevo enfoque, el de la neutralidad, que quiere dejar de poner el foco en la apariencia. Ya no se trata de disputarse el campo de lo bello, lo joven y lo sexy, del que siempre habrá expulsadas, sino de demolerlo y centrarnos en lo que decimos y lo que hacemos.
5. INSTAURAR REFERENTES FEMENINOS
Al fin se resquebraja el muro de invisibilidad que afecta a las mujeres que han realizado aportes en la creación, la investigación y el pensamiento. Sucede gracias a infinidad de microproyectos de recuperación, documentales, libros o proyectos web que por fin encuentran un público deseoso de reconectar con sus antecesoras. Sin embargo, el canon sigue cerrado a cal y canto a una revisión. Los libros de texto siguen ajenos a esta recuperación popular de las mujeres olvidadas. Y las niñas siguen careciendo de ejemplos femeninos de éxito en espacios no preasignados para ellas, como la ingeniería, la filosofía, la alta dirección o la programación.
6. ACABAR CON LA EXPLOTACIÓN
La carga de las tareas domésticas y los cuidados hace que la vida de las mujeres sea un trabajo continuo. Urge la corresponsabilidad con los hombres, pero también jornadas laborales más cortas, salarios que eviten el pluriempleo o la autoexplotación de las autónomas y que tanto hombres como mujeres dispongan de herramientas de conciliación laboral.
7. APOSTAR POR CIUDADES QUE CUIDEN
Las smart cities se dejaron seducir por una tecnología sin misión social, que ahora debe mejorar la vida urbana. A los jóvenes les preocupa la vivienda y el tejido social, y defienden una movilidad a base de energía limpia y transporte público. Quieren ciudades centradas en lo humano, que no agotan ni aceleran. El 68% del planeta vivirá en grandes ciudades en 2050.
8. REAPRENDER EL ARTE DE ALIMENTARSE
El momento es paradójico. Por un lado, el consumo de carne lleva seis años cayendo, según datos del Ministerio de Agricultura: el 20% de los españoles son vegetarianos, veganos, flexitarianos o pescetarianos. Por otro, Occidente vive una epidemia de obesidad que afecta incluso a los niños: el 25% de la población española tiene exceso de peso, y eso incluye a uno de cada tres menores. Solo con una educación sobre nutrición desde el colegio podremos combatir el seductor bombardeo de productos procesados e insanos.
9. PENSAR EN GLOBAL
El movimiento contra el cambio climático es uno de los grandes retos. La lucha ecofeminista y jóvenes líderes como Greta Thunberg recuerdan que los problemas locales (sequía, polución…) solo tienen solución global.
10. LEGISLAR CONTRA LAS BRECHAS
Necesitamos un compromiso legislativo que cierre las brechas que amenazan con eternizarse: la salarial (en 2017, el salario medio de las mujeres era un 29,3% menor); la digital (ellas son el 60% de los desconectados) y la de los cuidados (el 85% de las personas que se ocupan de la casa, los niños y los mayores son mujeres). Y no olvidemos las dobles y triples brechas: las que sufren las mujeres racializadas, migrantes, con discapacidad…
11. PROTEGER A LAS FAMILIAS MONOPARENTALES
La situación de las madres solas es de emergencia: el 42,9% de las familias monoparentales españolas, la mayoría encabezadas por mujeres, está en riesgo de pobreza: viven con menos de 961 € al mes. Las familias en riesgo reciben 341 € anuales en concepto de ayuda a la crianza, la cifra más baja de toda Europa. Y las organizaciones de protección a los niños reclaman una ayuda mensual de 100 € por menor. El coste mínimo para criar a un hijo en condiciones dignas oscila entre 480 y 590 € al mes. Según el VIII Informe Foessa, el 21% de los hogares con menores, el 33% de las familias numerosas y el 28% de las monoparentales están en exclusión social.
12. APROPIARSE DE LOS DATOS
Los datos que las empresas extraen de nosotros tienen sesgos (de género, raza, clase…). ¿Cómo usarlos, entonces, para diseñar leyes o programas de intervención social? La ONU ya ha advertido de que estos algoritmos y sistemas ahondan las desigualdades en vez de reducirlas.
13. AMPLIAR EL MARCO SEXUAL
La educación sexual para niños y adolescentes es necesaria. No solo por el aumento de las infecciones de transmisión sexual, sino por la influencia del modelo de relación que dicta el porno: una ficción estereotipada y ajena al placer real, sobre todo de las mujeres.
14. EVITAR LA CRUELDAD ANIMAL
Los expertos señalan que quienes abusan de los animales son cinco veces más propensos a cometer violencia contra las personas. Extender el rechazo de la violencia machista a la crueldad animal es crucial para acabar con el discurso del odio.
15. LIMITAR LA SOLEDAD, LA DEPRESIÓN Y ANSIEDAD
En España, el 9,2% de las mujeres sufren depresión y el 13,9% toman medicación tranquilizante (el doble que ellos). El 72% de los mayores que viven solos son mujeres. Necesitan urgentemente una red de apoyo.
16. PARTICIPAR EN LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA
Las tres medidas que pueden acelerar la descarbonización son reforestar, electrificar el transporte y optar por las renovables. Pero el sector energético está muy masculinizado: solo el 5% de las juntas directivas, 19% de los directores y 14% de los gerentes de las principales 200 compañías de electricidad del mundo son mujeres, según un estudio de Ernest and Young (2016). En España, ocupan el 10-12% de los cargos ejecutivos. La UE advierte: la transición energética no se hará bien ni a tiempo si las mujeres no pueden codirigirla, coparticiparla y codefinirla.
17. DERRIBAR EL MURO DE LAS INGENIERÍAS
Según la Comisión Europea, un 75% de los trabajos del futuro requerirán habilidades STEM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas). Durante la última década, el empleo tecnológico de Europa ha crecido tres veces más rápido que el general, según Microsoft. Pero solo un 23-24% de los ingenieros que se licencian son mujeres, y muchas niñas dejan de soñar, a los siete u ocho años, con ser científicas, según un estudio de la Universidad Complutense. Juegan en contra los estereotipos, la falta de referentes y el androcentrismo del sector.
18. ACABAR CON EL CONSUMO EXCESIVO
Uno de los conflictos clave que provoca la deriva de la sostenibilidad del planeta está en nuestras mentes. Aunque la ciencia ha demostrado que el consumo no conduce a la felicidad, el deseo de comprar, estimulado en todos los ámbitos de la vida, no cesa. La producción mundial de plástico ha pasado de dos millones de toneladas en 1950 a 348 millones en 2017. Los antropólogos dicen que el hogar medio en EE.UU.contiene unos 300.000 objetos (en la cultura de los indios navajos, esta cifra es de 236). Solo en Europa, cada habitante produce 17,7 kg de basura electrónica al año. Los estudios confirman que lo que aporta bienestar son las relaciones humanas, las relaciones colectivas y tener una red de amigos y de personas cercanas. Sin embargo, la sociedad que gira alrededor del consumo genera individualismo, competitividad y ansiedad. ¿Sabrán las jóvenes del futuro cambiar el chip del gasto por el de la sobriedad?
19. CONQUISTAR LA AUTORIDAD
Donde hay poder faltan mujeres: en la cátedras (20%), las Reales Academias (en la de Medicina, profesión muy feminizada, tres sillones de 47), los consejos de administración del Ibex 35 (20%), el Ejército (8,9% de los oficiales) o el poder judicial, donde ocupan el 27% de los órganos superiores.
20. ACCEDER A LA CREACIÓN
Es un bastión inexpugnable para la mujer. Dos ejemplos: la feria ARCO solo incluyó en 2019 un 6,1% de creadoras españolas y una película con director obtiene un 50% más de presupuesto.
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