Benigna abre los ojos; \u2018Amar es para siempre\u2019
QUÉ HA PASADO
• Clotilde fallece tras la visita de Armando a la residencia.
• Irene está embarazada.
• Fede perdona a su padre.
• Ubieto agrede a Cristina.
Jose y Sofía no se dan por vencidas y espían a Sabela, descubriendo que cada noche habla con Celso. Sin embargo, cuando se lo comentan a Benigna, esta sigue sin creerlas: “¡Qué manía os ha dado con esa mujer! Desde que llegó solo ha velado por el King’s”.
En el fondo, a Armando le atormenta la muerte de Clotilde y se refugia en Irene, a quien dice que apoyará en el embarazo: “Fue una locura pedirte que abortaras”. A sus espaldas, empieza a poner en sus bebidas una sospechosa sustancia…
De casualidad, Luisita se entera de que Amelia ha perdido la librería y le da miedo que regrese a París. Decidida a que no sea así, habla con el dueño del local para que se lo alquile a ella y luego dar una sorpresa a su exnovia. “Toma, las llaves. No quiero que te vayas bajo ningún concepto”, asegura.
El ambiente en la plaza de los Frutos por la venta destupefacientes está candente y Curtis ecibe una paliza al ser el principal sospechoso. “¿Cómo puede haber gente que siga tomándose la justicia por su mano?”, se pregunta Justo, que lo acoge en casa y cura sus heridas.
Marina también se ha convertido en confidente tanto de Amelia como de Eugenio, que le convence de sus buenas intenciones con Fede: “Ayúdame a demostrarle que solo quiero recuperar el tiempo perdido y darle el dinero que merece”. Algo hay en él, que a la chica no le gusta del todo.
La carta de Clotilde llaga al bufete. “Esta es la prueba que necesitábamos para acusarlo, y tú para que tus hermanos te crean”, dice Guillermo a Lourdes, que enseguida va a hablar con ellos.
Tanto Mateo como Inma creen en la palabras de su antigua niñera: “Es imposible que esa mujer mienta. Era tan buena persona…”. Al conocer lo ocurrido, Ordóñez finge un ataque al corazón para dar pena a sus hijos menores.
La recuperación de Marisol va por buen camino, aunque se hunde al conocer la grave situación de una amiga. Además, se siente mal por haber decepcionado a su abuelo pero este, a su vez, piensa que es él quien tenía que haber estado más pendiente de su nieta: “Sigo siendo el pilar de la familia”.
Fede está convencido de que su padre le va a dejar una cuantiosa herencia en vida, pero Marina no lo cree así.
Aunque no lo verbalice, Benigna empieza a sospechar que Jose y Sofía podrían tener razón y se esconde detrás de las cortinas del King´s. Pronto, es testigo de cómo un desconocido entra y sale con un fardo sospechoso bajo el brazo.
Al día siguiente, y con ayuda de las camareras, abre un agujero en la pared encontrando un gran alijo de droga. “¡Qué ciega he estado! Tenía que haber confiado en vosotras antes”, reconoce a sus empleadas.
Entonces, las tres acuerdan seguir un plan para desenmascarar a Sabela y, más tarde, Castro se acerca a casa de Quintero a pedirle perdón a él y, por supuesto, a Curtis.
Los hermanos Ordóñez por fin vuelven a vivir bajo el mismo techo y Lourdes, feliz, agradece a Guillermo su apoyo. Esa noche, sin esperarlo, acaban haciendo el amor y ambos reconocen que se han enamorado. “No puedo sentirme culpable por lo que siento”, explica él, recordando a Julia.
A Marisol se le ocurre una bonita idea para levantar el ánimo a Pelayo: “Voy a recuperar el colgante de la abuela. Lo compraré con el dinero que gané cuidando niños”. Marce se emociona al escuchar la iniciativa
Al levantarse, Irene se encuentra indispuesta y el médico le confirma que algo va mal en el embarazo: “Tenemos que hacerte más pruebas”. Armando, culpable de su malestar pues está envenenándola, le aconseja simplemente reposo: “Los médicos siempre exageran”.
Como presidente de la asociación de vecinos, Sebas tiene un nuevo objetivo: ayudar a las nuevas empresarias, Luisita y Amelia: “Haremos de esta librería la más famosa de Madrid”.
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