Bernadette Chirac, la viuda del expresidente de Francia que se refugió en la moda (y conoció a la infanta Elena)
El expresidente francés Jacques Chirac ha fallecido hoy jueves a los 86 años. Lo ha confirmado su yerno, Frederic Salat-Baroux, esposo de su hija Claude. Fue un emblema de la V República y desempeñó numerosos cargos políticos en su dilatada vida profesional–primer ministro, alcalde de París y presidente de la República Francesa–y representó el bando conservador, considerado por muchos el último heredero del gaullismo. El exdirigente se había retirado de la vida pública en 2005 a causa de sus problema cerebrovasculares. Así, fue Bernadette Chirac, su esposa, quien se convirtió en protagonista gracias a su radical cambio de actitud y su pasión por la moda.
Bernadette conoció a Jacques en el Instituto de Estudios Políticos de París y se convirtió en su esposa en 1956. Desde entonces, quedó relegada a un segundo plano. Durante el mandato de su marido, la ex primera dama ocupó un lugar discreto, lo que le convirtió en objeto de burlas de los medios franceses que incluso criticaron su impasividad ante las numerosas y conocidas infidelidades de su marido. Pero lo que nunca le pudieron reprochar fue su impecable imagen.
En un país donde la moda es cuestión de estado, Bernadette Chirac hizo de Chanel su firma de cabecera y de Karl Lagerfeld su mayor aliado en cuestión de estilismos durante los doce años que ejerció de primera dama. Su característico cabello rubio cardado y sus trajes de tweed de diferentes colores fueron su sello de identidad y su relación con la industria de la moda ha sido una constante en su vida.
A su infeliz matrimonio se le sumó el trágico fallecimiento de su hija Laurence en 2016 a causa de una anorexia nerviosa crónica que padeció durante años. "Me siento muy culpable, siempre siento que no le dedico suficiente tiempo", confesó Bernadette en 2007 a Vivement Dimanche. Con el tiempo, su otra hija, Claude, fue adquiriendo protagonismo en los actos de presidencia de su marido y llegó a ejercer como consejera política y terminó por desplazarla de la vida política.
La moda se convirtió en su refugio y su círculo de amistades estaba ligado a la industria, por ello mantiene una buena relación con Jaime de Marichalar y, por ende, con la infanta Elena. Solía coincidir con la familia real española, pero especialmente con el matrimonio Marichalar-Borbón; una de las últimas ocasiones en que se les vio juntos fue en la boda de Delphine Arnault, hija y heredera de Bernard Arnault, propietario del grupo de lujo LVMH.
Si ya durante el mandato de su marido asistía a eventos de moda, cuando Chirac se retiró de la vida pública comenzó a salir de forma frecuente. A partir de 2007, cuando salió del Elíseo, vivió una transformación: liberada de la imagen de su marido, con más de setenta años, comenzó a asistir a fiestas en Saint Tropez hasta altas horas de la madrugada y a conciertos de Mika. "Yo soy yo, mi marido es mi marido. Él no es divertido, se va a la cama pronto y yo no", declaró Bernadette.
No hubo front row de desfiles de las firmas más prestigiosas que no contara con ella y oficialmente se dedicó a la moda como parte de la junta directiva de LVMH–que posee firmas de moda como Dior, Louis Vuitton o Loewe–cargo que desempeñó durante nueve años y que no abandonó hasta el mes de marzo de este 2019 debido a su frágil estado de salud.
Ni Carla Bruni, ni Brigitte Macron. La cara que estampan los diseñadores de moda es la de Bernadette. Marc Delattre, un joven diseñador de moda suizo comercializó en 2011 una colección de camisetas con la imagen de la exprimera dama. "Pensé: ‘Esta mujer es increíble’. Tiene la edad de mi abuela, va a las discotecas, le gusta la moda… Tiene temperamento, representa a la personalidad francesa por excelencia, es simplemente un icono", recogían los medios cuando lanzó la prenda. Como Delattre, muchos otros jóvenes europeos ven en la parisina un icono de estilo.
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