Charlotte Johannesson, entre la artesanía y lo digital

Charlotte Johannesson (1943 Malmö, Suecia) es una artista textil que mezcla en su obra dos conceptos en apariencia opuestos: la artesanía y la tecnología digital. Nunca ha sido convencional. Primero estudió en una escuela de artes y oficios de Malmö en la que recibió formación en artesanía. Después, en 1966, abrió su propio taller-galería textil. En ella trabajaba con tejidos elaborados con fibras de cannabis, por lo que fue ese el nombre con el que bautizó a su empresa. En ella comenzó a trabajar junto a su marido, el artista Sture Johannesson. La tejedora sueco-noruega Hannah Ryggen fue quien inspiró sus primeras obras, unos tapices en formato de telar vertical. Sus diseños gráficos se dan en dos tipos de soporte: impresos en papel o proyectados de manera digital.

En los 60, la obra de Charlotte Johannesson se enmarcó en los numerosos e importantes cambios sociales que se estaban viviendo en la época: el feminismo, el punk, la contracultura y la militancia que más tarde perfilaría el latir de los años 70.

En la década siguiente comenzó a trabajar con el diseño creado por ordenador. Fue en 1978 cuando compró un Apple II Plus durante una visita a California. Con él empezó a dibujar antes incluso de que existieran programas concebidos para ello.

Al entrar en la nueva década, los 80, volvieron a asumir otro reto. Con la experiencia de la creación artesanal y la digital, Charlotte Johannesson y su pareja fundaron en su propia casa un taller experimental que resultó ser pionero en la producción de imágenes por ordenador. Lo llamaron Digitalteatern y estuvo activo entre 1981 y 1985. Ella se encargaba de crear las imágenes y él de la parte más técnica. Pero la apuesta a partir de 1984 de Apple por una interfaz gráfica cerrada limitó su creatividad, por lo que el estudio fue perdiendo fuerza hasta que cerró en 1985.

Ahora, la primera exposición monográfica sobre Charlotte Johannesson acaba de ser inaugurada en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en Madrid. Su título es Llévame a otro mundo y estará abierta hasta el 16 de agosto en la tercera planta del edificio Sabatini. Ha sido comisariada por Lars Bang Larssen y Mats Stjernstedt, con la coordinación de Patricia Molins. La exposición reúne cerca de 150 obras entre impresiones y tapices, incluyendo algunos textiles de su primera época, tanto originales como reproducciones de obras desaparecidas. Cinco de ellos vueltos a realizar expresamente con motivo de esta muestra. Además, la artista ha creado quince nuevas piezas a partir de diseños digitales de los años 80.

La muestra ocupa un total de cuatro salas, que acogen la obra de Johannesson de manera cronológica. En la primera de ellas pueden verse los tapices y las estampas de su primera época. Nunca conoció la tejeduría como un arte meramente decorativo, sino como una forma de protesta. Los eslóganes, los mensajes de propaganda y el tono de denuncia impregnan esta primera época, que refleja convulsiones sociopolíticas como el golpe de Estado en Chile en 1973. En sus tapices, Johannesson emplea un material y una técnica tradicionalmente asociados al mundo femenino y a lo artesanal. Cuestiona así el canon artístico imperante, y ofrece un punto de vista que trasgrede tanto en la forma como en el fondo.

En la segunda sala pueden verse impresiones y gráficos digitales de los años 80 creadas en el Digitalteatern. Es aquí donde mejor puede apreciarse su evolución hacia el terreno digital. A fin de cuentas, venía de un arte binario y programado como era el telar, cuya unidad básica puede considerarse el antecedente analógico del píxel. Incluso el número de píxeles de las primitivas pantallas (280×192) y el de puntos del telar vertical usado por la artista coinciden. Entre sus gráficas digitales destacan la serie Faces of the 1980s, con retratos de personajes tan célebres como Boy George, Bjorn Borg, Ronald Reagan o David Bowie, con quien la artista coincidió una vez en una gasolinera y terminó firmándole una obra. En Me and my computer y Human med satellit combina imágenes del hiperespacio, autorretratos, figuras mitológicas o referencias tecnológicas.

La tercera sala acoge una reproducción de la exposición que Johannesson y su pareja comisariaron en Estocolmo en 1976 tras el suicidio de la terrorista de Alemania Occidental Ulrike Meinhof. Aquí también se halla una documental que se proyecta con fotos e imágenes de la trayectoria y el trabajo de Charlotte Johannesson y su marido. Se la puede ver a ella trabajando en sus talleres, operando con los primeros ordenadores que utilizó; en sus viajes a Londres o California o sus encuentros con personajes famosos, como David Bowie. A continuación llega la serie de 15 obras nuevas, denominadas “gráficos digitales tejidos”. Son las que han sido creadas expresamente para esta exposición, junto a la diseñadora gráfica Louise Sidenius. Mapamundis, heroínas feministas, autorretratos, hojas de cáñamo o dibujos abstractos forman parte de su transición del telar al ordenador. Un viaje artístico por algunas de las épocas más vibrantes del siglo XX.

Llévame a otro mundo
MNCARS
Del 6 de abril al 16 de agosto de 2021.




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