Cristina Garmendia, la exministra que fabrica ventiladores con el apoyo de Felipe y Letizia
En abril de 2008, José Luis Rodríguez Zapatero confiaba en una bióloga para que formara parte de su Gabinete al frente de una cartera de nueva creación: el Ministerio de Ciencia e Innovación. Desconocida dentro del sector político, pero con una amplia trayectoria dentro del mundo de la empresa y la biotecnología, Cristina Garmendia (58) juraba su cargo como ministra, puesto que ostentó hasta diciembre de 2011. Hace apenas unos días veíamos a Garmendia charlar por videoconferencia con los reyes Felipe y Letizia para explicarles el proyecto de Cotec, compañía que preside, para la fabricación por parte de diferentes empresas de respiradores en relación a la crisis sanitaria del coronavirus a través del proyecto A.I.RE, una plataforma que trabaja en "soluciones de código abierto, rápidas y baratas a problemas de ventilación en pacientes".
Cristina Garmendia nació el 21 de febrero de 1962en San Sebastián en el seno de una familia de la alta burguesía vasca. Es la menor de dos hermanas y con su otra hermana se lleva 15 años. Su madre era Teresa Mendizábal (fallecía en 2015) y su padre, Elías Garmendia, fallecido en 2004, era un importante armador vasco de Idiazábal que, según contó la propia Cristina, no aprendió castellano hasta los 17 años y hasta entonces solo hablaba euskera (curiosamente ella no lo habla). Aunque su hermana había ido a un colegio de monjas, Cristina estudió en un prestigioso colegio francés (el Liceo), porque su padre quiso que tuviera una mente abierta internacionalmente, y siempre ha dicho que en su casa familiar le enseñaron a pensar por su cuenta y a conseguir grandes cosas a través del trabajo y el esfuerzo.
Apasionada de las Ciencias, con 18 años pensó en irse a Francia a estudiar pero finalmente se marchó a Sevilla para estudiar Biología en la universidad sevillana, la única en la que entonces se podía especializar en genética. Durante sus años de estudiante, Cristina no se perdía la romería de El Rocío y cuentan que en carnavales llegó a ser reina de la comparsa de Bataplán, una discoteca muy conocida en San Sebastián. Apasionada del deporte, en aquellos años le encantaba la natación, la gimnasia deportiva e ir a esquiar en invierno.
Ciencia y empresa, unidas
Tras licenciarse se mudó a Madrid, donde vive desde entonces. En la capital se doctoró en Biología Molecular en la Universidad Autónoma, donde consiguió graduarse en 1989 Cum Laude y con un premio extraordinario por su trabajo. Compaginó sus estudios con labores como ayudante del departamento de Genética y Biología Molecular. Durante una charla de la científica española Margarita Salas, Cristina se quedó maravillada con su exposición y se acercó al final de la conferencia para pedirle si podía dirigir su tesis. Salas aceptó y bajo su dirección se doctoró en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa. Su amistad duró hasta el fallecimiento de la científica en noviembre de 2019.
A comienzos de los noventa, le comenzó a llamar el mundo empresarial y apostó por hacer un máster en Administración de Empresas el IESE de la Universidad de Navarra y empezó a trabajar en el grupo pesquero Amasua. Tuvo diferentes responsabilidades en empresas vinculadas a la genética, como Cellerix, Imbiosis, Biobide, Everis o Genoma España, así como en ESADE o la Universidad Francisco de Vitoria. Fue presidenta de la Fundación Inbiomed y de la Asociación Española de Bioempresas. En el año 2000 fundó Genetrix, empresa del sector de la biotecnología y en 2008 la sociedad de capital riesgo YSIOS, especializada en salud y biotecnología. Ha sido miembro de la Junta Directiva de la CEOE.
En 2004 conoció a Zapatero durante un acto del CSIC. Lo que iba a ser un saludo se convirtió en una larga conversación y días después recibió una llamada de Moncloa. Al año siguiente se incorporaba al Observatorio para la Ciencia y Tecnología (OCYT) de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno. Ahí coincidió con Miguel Sebastián, el que fuera ministro de Industria, que la apoyó desde el inicio. En 2008 se convertía en presidenta de FECYT, la Fundación Española para la CIencia y la Tecnología y en abril de ese mismo año juraba su cargo como ministra de Ciencia e Innovación.
Presidenta de Cotec
Tras su salida del Gobierno en 2011, Cristina regresa al mundo de la empresa como socia de YSIOS y accionista de Genetrix (nacido en 2001 con ayuda del Centro de Biología Molecular del CSIC y que ha generado otras biotecnológicas como Cellerix, que lidera el desarrollo de células madre adultas derivadas de tejido adiposo) y formará parte de consejos asesores privados y públicos como el del Gobierno de Colombia o del grupo de comunicación Mediaset España.
Desde el año 2013, preside la Fundación Cotec para la innovación. Se trata de una organización privada sin ánimo de lucro para promover la innovación como motor del desarrollo económico y social. Su presidente de honor es el rey Felipe VI. En las últimas semanas, la fundación se ha movilizado para concentrar compañías de ingeniería capaces de fabricar respiradores para los hospitales durante la crisis del coronavirus.
Casada con un ingeniero
La que fuera ministra y considerada una de las científicas más prestigiosas del país (recibió el Premio Nacional de Biotecnología), está casada con el ingeniero bilbaíno Rubén Celaya, vicepresidente del grupo Amasua, donde se conocieron cuando ella se incorporó a la compañía. Dicen que el ingeniero y empresario está muy bien relacionado incluso con los Kirchner en Argentina. Con él tiene dos hijos: Ander (25) y Teresa Itziar (23). Celaya tiene dos hijos más de un matrimonio anterior con Silvia Orfila de Bustos llamados Borja y Patricia. Antes de formar parte del Gobierno de Zapatero, Cristina ya vivía en una gran casa ubicada en La Moraleja, una de las urbanizaciones más exclusivas de Madrid.
Con su marido fundó Inbiomed, una fundación dedicada a la investigación celular. Su hija saltaba a los medios en 2019 tras ser nombrada consejera en Science & Innovation Link Office (SILO), compañía fundada por su madre y que dimitía ese mismo día como consejera. Su padre es miembro del consejo desde 2014. La joven, de 22 años entonces, estaba aún estudiando Ingeniería Biomédica en la Universidad de Navarra y había pasado un tiempo en Sherborne Girls, una escuela para chicas en Dorset (Reino Unido).
Amante de Málaga y la montaña
Garmendia es una mujer muy familiar. Pasa las vacaciones estivales en Málaga desde hace años, pese a que no le gusta demasiado la playa ni el sol, y en varias ocasiones ha dicho que sería uno de sus lugares elegidos para retirarse tras la jubilación. Entre sus pasiones se encuentran viajar y la lectura y se declara seguidora del equipo de fútbol de su región, la Real Sociedad. Aunque ya no hace demasiado deporte, le encanta perderse por la montaña y disfrutar de algún día en soledad en su tierra, San Sebastián.
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