De arrogantes y suplicantes

Hace muy poquito he descubierto una página en Facebook que se llama “Filósofos del Tinder” (voy tarde, lo sé, pero no me da la vida para todo). En ella se publican las descripciones de algunos perfiles de Tinder que son oro puro, de ahí el nombre de “Filósofos de…”, todos, por supuesto, convenientemente anonimizados.

La media de edad está en la treintena, pura generación millennial, y entiendo que han sido seleccionados por su singularidad, porque si este tipo de personaje es lo habitual ahora en Tinder, me cuadra que haya muchas que hayan desistido y se hayan lanzado de cabeza a la juguetería sexual. Pero os advierto que aunque el onanismo en solitario está muy bien, cuando se introduce en los juegos de pareja ya es la bomba, just say.

Me he reído mucho leyendo esas descripciones en los perfiles, que es el propósito de la página, entiendo, además de poner de manifiesto un tipo de personaje que no solo se da en la horquilla de edad millennial, este estaba ya de antes: el que se cree que su polla es el Alcázar de Segovia y tienes que conquistarle, convencerle, hacerle ver que lo tienes todo para que él se digne a hacerte caso. Para eso suelta un discurso que es capaz de “sellarte la vagina espontáneamente”, en propias palabras de la autora. Son perfiles que rezuman condescendencia, y una mezcla de arrogancia y de súplica (hazme casito) al mismo tiempo, que son muy perturbadores.

Insisto en que este personaje no es de ahora, ni está anclado en la treintena. Cuando yo rondaba por Tinder (parece un siglo, pero solo hace seis años) ya me topé con varios así, que te pedían, te exigían casi, que les demostraras cuánto valías, cuáles eran tus cualidades, tu valor en el mercado. Si la “carne de Pepa” era de calidad superior a la “carne de Lucía” ese día. Se les veía venir de lejos: Rolex, BMW y el polo con el logo más grande que hubiera en la tienda.

Hace años que me borré de todas estas apps de ligar, pero creo recordar que mi descripción de perfil era una gilipollez, decía algo así como “me confunden mucho con Sharon Stone”. Sospecho que si (esperemos que no) tuviera que meterme de nuevo en estos fregaos, lo haría con la misma actitud de entonces: he venido aquí a divertirme y a conocer gente, y lo que sea, será. Sin expectativas, y, sobre todo, sin descripciones de perfil dignas de una escape room.

Os dejo por aquí los enlaces de “Filósofos del Tinder”. Y tienen hasta podcast…

https://www.facebook.com/filosofosdeltinder/

https://www.instagram.com/canapesdecaca

https:https://www.youtube.com/channel/UC8fufQOgQYpArA26XYGUj0Q

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