El método Ivy Lee es la técnica centenaria que va a conseguir que llegues a todo (o a casi todo) en tu rutina diaria
Optimizar la agenda para tener una buena gestión del tiempo puede ser una ardua tarea en sí misma. Existen muchos métodos de organización para lograr una mayor productividad y llegar a más cosas en la jornada, sin embargo no todos funcionan o al menos no todos funcionan a todas las personas que los siguen. Ivy Lee creó un método hace cien años que ha día de hoy sigue siendo una forma de organización inigualable. Toma nota de cómo este sistema centenario puede hacer que te organices mejor la jornada.
La lista de tareas más productiva de la historia
El trabajo, las tareas de la casa, las gestiones, los hijos, la vida social… el día a día está plagado de responsabilidades, obligaciones y actividades que hay que encajar en una jornada de 24 horas en la que cada minuto cuenta. La misión de realizar el máximo de tareas sin que esto no se convierta en un imposible que se atragante, generando frustración, estrés, ansiedad y culpabilidad, a veces puede parecer una quimera. Por este motivo los métodos de gestión de tiempo, las listas de tareas o los sistemas de organización están de moda, sin embargo, hace ya un siglo se creo el método que ha resultado ser el más productivo de la historia: el método Ivy Lee.
Ivy Lee fue un famoso profesional de las Relaciones Públicas y consultor de productividad que a principios del siglo XX creo este método, que lleva su nombre, para mejorar el rendimiento de sus clientes. Este sistema se dio a conocer en 1918 cuando el presidente de la empresa de acero Bethlehem, Charles M.Schwab decidió reunirse con Ivy Lee para mejorar la productividad de sus empleados.
Schwab le propuso a Lee que hablara con cada uno de sus empleados durante 15 minutos y que no le pagaría nada hasta comprobar su efectividad. En caso de no funcionar le pagaría por el tiempo empleado en realizar esas entrevistas. Después de tres meses, y a la vista del notable progreso de su empresa, Schwab le entregó un cheque por valor de 25.000 dólares a Lee. Una cantidad que para la época era muchísimo dinero.
La labor de Lee era tan reconocida que le llevó a trabajar como consejero personal del famosísimo magnate de las comunicaciones John D. Rockefeller. Su método está clarísimo que funcionaba, y realmente bien.
¿En qué consiste el método Ivy?
Es una forma sencillísima de organización que ofrece buenísimos resultados, si no que se lo digan a Charles M. Schwab. Se basa en una realización diaria de una lista de tareas y te vamos a dar las cinco claves para confeccionarla.
El método de Ivy dice que al final del día escribas las seis cosas más importantes que tengas que realizar al día siguiente. Nunca escribas más de seis.
El segundo paso sería priorizar las cosas más importantes que tengas que hacer y poner entonces esa lista de seis en orden de prioridades, siendo la primera la más urgente.
Al comenzar el día siguiente y ponerte con tu lista de tareas, Lee dice que como tercer paso habría que enfocar toda la concentración en realizar esa primera tarea y trabajar en ella hasta que esté terminada. Con Ivy se acabó el multitasking porque su método requiere enfocarse solamente en una tarea y no pasar a la siguiente hasta tacharla de la lista (este sería el cuarto paso).
Como quinto paso, si el día termina y no has terminado con tus tareas programadas no pasa nada, se pasan a la lista del día siguiente. Lo mismo ocurre si surge un imprevisto o una emergencia que hace que se pospongan las tareas que tienes programadas. Un imprevisto se atendería en el momento y luego se retomaría la lista de tareas escrita porque lo importante para Lee es tener un recorrido diario marcado al que poder volver.
El éxito del método Ivy Lee se basa en su sencillez y en que tú misma te marcas tus objetivos y trabajas en ellos hasta poder pasar a la siguiente tarea. Ha demostrado que aumenta la productividad y que evita el empezar muchas tareas y no terminar ninguna y por supuesto el arte de procrastrinar. No cuesta nada probarlo.
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