El vestido de Cristina Pedroche en las campanadas: un homenaje a Yves Saint Laurent… ¿y a Star Wars?
Cristina Pedroche ha presentado este 31 de diciembre sus sextas campanadas con un estilismo con el que no ha defraudado. Un vestido-escultura negro y dorado de Jacinto de Manuel con el que Pedroche ha presentado el último programa de 2019 y dado la bienvenida a 2020. El de la de Vallecas ha sido un estilismo bastante diferente al de los últimos años como había prometido; más espectacular, más escultórico y discreto. Un vestido con el que “me puedo comer el mundo”, ha dicho Pedroche creyéndose “invencible e imparable. Me siento más poderosa que nunca y muy orgullosa de todo mi equipo que me han ayudado para brillar así y que han hecho posible que este sueño se haya hecho realidad”, ha declarado.
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Por quinto año consecutivo, Pedroche ha contado con su estilista Josie como impulsor y director creativo de este proyecto que "mezcla moda y arte para" crear uno de los estilismos más mediáticos del año. Han sido necesarias más de 500 horas de trabajo para crear un traje para el que fue necesario realizar un molde de silicona y escayola con el que realizar una primera pieza de resina y fibra de vidrio reciclado para más tarde construir el diseño definitivo.
El diseñador ha contado que el traje está basado en el arte ancestral japonés de arreglar objetos dañados con oro. Explica el artista que recoge una tradición muy repetida a lo largo de la historia, ya que desde el paleolítico hasta nuestros días (la Venus de Willendorf, la de Milo, el nacimiento de Venus de Boticelli o la Venus del espejo de Velázquez) se ha intentado divinizar el cuerpo femenino.
Las formas recuerdan a las creaciones que Claude Lalanne realizó para Yves Saint Laurent en su colección de otoño/invierno 1969. Lalanne realizó varias esculturas con el cuerpo de la modelo Veruschka como molde que luego fueron lucidas sobre dos vestidos de chifón, uno en negro y otro en azul. Junto a François-Xavier Lalanne, el dúo creativo trabajó para el diseñador francés ya desde 1965, cuando Saint Laurent les encargó varias piezas para su apartamento de la plaza Vauban.
Otros han visto en el vestido un guiño a Star Wars, concretamente a C-3PO.
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