Francesca Thyssen se reencuentra con su hermano Lorne, el barón que se convirtió al islam tras sobrevivir a un accidente de ascensor en un rascacielos de Nueva York

Francesca Thyssen-Bornemisza se ha reencontrado con su hermano Lorne, a quien no había visto "en años", según ella misma ha contado junto a la foto que ha compartido de los dos en su cuenta de Instagram. "Genial ponerse al día. Te amo", le ha escrito. El reencuentro de los hermanos ha sido la casa que Francesca tiene en Rougemont, en Suiza, llena de recuerdos familiares como puede apreciarse en la estantería tras ellos.

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Francesca y Lorne son hijos del barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza y Fiona Campbell-Walter, su tercera mujer -antes se había casado con la princesa Teresa de Lippe con quien tuvo al primogénito Greor, al frente de parte del imperio familiar aunque el barón aseguraba que no era hijo suyo; y con la modelo británica Nina Dyer-. De Lorne Thyssen-Bornemisza llegó a decir Henri, como le llamaban cariñosamente, que no era su hijo, e incluso le pidió una prueba de paternidad a Fiona que acabó dando la razón a la neozelandesa. Henri y la modelo se conocieron en Mónaco el día que se casaron Rainiero y Grace Kelly y casi inmediatamente, deslumbrado por su belleza y una voz que siempre le fascinó, le pidió que se casara con él. Se dieron el ‘sí, quiero’ en 1956, dos años antes de que naciera Francesca. En 1963 vino al mundo Lorne, pero el matrimonio hacía tiempo que ya no funcionaba y meses después se divorciaron.

A diferencia de Francesca, fascinada por el arte contemporáneo, a Lore le apasionan las antigüedades y tiene galería propia, Kallos, en el barrio de Mayfair en Londres. Financia su colección con la fortuna que amasa como magnate petrolero. Hoy es uno de los hijos más discretos del barón, aunque hubo un tiempo en el que apuntaba maneras de oveja negra y perfecto playboy. Lo expulsaron del internado suizo de Le Rosey, intentó ser actor, se enamoró de la hija del presidente de Indonesia Karina Sukarno…

Hace varias décadas, sin embargo, vivió una especie de renacimiento. Estaba en el ascensor de un rascacielos de la Quinta Avenida de Nueva York cuando el cable se rompió y estuvo a punto de caer al vacío. Bajo el brazo llevaba un ejemplar del Corán y como agradecimiento por haber logrado salir milagrosamente vivo del accidente decidió convertirse al islam.

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El barón que creó una de las colecciones de arte más importantes del mundo, continuó su vida como se sabe. Tras divorciarse de la madre de ambos, se casó con la también modelo Denise Shorto, con quien tuvo su cuarto hijo Wilfried Alexande, a quien, tras su separación, el barón llamó “mi gran error”. Cuando Carmen Cervera se convirtió en la quinta y última baronesa Thyssen, Henri, quiso adoptar a su hijo Borja, siendo así el quinto hijo del barón, ese heredero de familia de industriales y banqueros alemanes que decidió abrir un museo en Madrid, uno de los grandes, y para el que Lorne tuvo la oportunidad de trabajar.

Según contó en ABC hace unos años, Tita le propuso ser miembro del patronato de la Fundación Colección Thyssen. "Le dije simplemente que no tengo tiempo para hacer justicia a esta institución tan maravillosa". A pesar de su negativa, dijo al mismo diario, que visitaba Madrid siempre que podía. Ahora -o cuando la pandemia lo permita- puede hacerlo desde la nueva casa de su hermana Francesca en el barrio de las Letras.

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