Kanye West tiene un plan sorprendente (y disparatado) para su nuevo rancho

No hay día en el que Kanye West no nos regale alguna perla con la que forjar un poco más si cabe su gloriosa reputación como rey de la extravagancia. Después de declarar la semana pasada su intención de votar a Donald Trump en las próximas elecciones, de fundar su propia iglesia y ofrecer una misa multitudinaria durante el último festival de Coachella, o de asegurar incluso que él mismo se propondrá para ser presidente de Estado Unidos en 2024, el marido de la catódica Kim Kardashian y padre de sus cuatro hijos, ha desvelado sus nuevos planes inmobiliarios.

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Wyoming Nights

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El objeto de su nueva obsesión es un rancho que acaba de comprar en el estado de Wyoming, en realidad el segundo, ya que en septiembre de 2019 desembolsó 14 millones de dólares por una propiedad cercana al Parque Nacional de Yellowstone, donde unos meses antes había hecho la presentación de Ye su octavo disco, en cuya portada afirmaba: “Odio ser bipolar. Es genial”, haciendo referencia a la enfermedad mental que acaban de diagnosticarle y por la que tuvo que pasar una temporada ingresado en un centro psiquiátrico.

Tanto le ha gustado el entorno que en este segundo rancho de casi 3 hectáreas, ubicado en el pueblo de Greybull, es donde ha decidido que quiere sentar las bases y los cimientos de su megalómano plan para dominar el mundo. No solo lo quiere convertir en el centro religioso desde donde oficiar sus servicios sino que va a construir varios edificios “del tamaño de naves espaciales”, según sus propias palabras, que albergarán las oficinas centrales de Yeezy, la firma de moda que fundó en 2015 y con la que desfiló en la semana de la moda de Nueva York. Por eso utilizará los pastos de la finca para criar ovejas con las que producirá la lana necesaria para sus prendas.

El Campamento Yeezy, como West ha tenido la clarividencia de bautizar a este proyecto, aspira a representar “un cambio de paradigma para la humanidad”, cuenta. Y es que los amplios espacios abiertos del rancho son para él una forma alternativa de medicina. “Aire libre. Diversión. Inspiración. Espacio”, se aventura a explicar. Para llevarlo a cabo el cantante ya ha reclutado a Axel Vervoordt, el interiorista belga responsable de la monacal mansión en la que vive con su familia en Hidden Hills, California; al arquitecto italiano Claudio Silvestrini, que remodeló su apartamento de Nueva York, y al artista de instalaciones lumínicas James Turrel. Aunque las obras aún no están avanzadas, West ya ha viajado en numerosas ocasiones allí, donde se mueve conduciendo un gigantesco tanque pintado de negro mate. Lo que no está tan claro es que ni su mujer ni sus hijos le acompañen para instalarse allí a vivir de momento ya que un entorno tan rural no parece encajar con el estilo de vida de Kim Kardashian.


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