La conexión hípica de Zalacaín, el restaurante predilecto del rey Juan Carlos y donde se forjó la Constitución

La Constitución del 1978 se gestó en los salones secretos del Zalacaín. Justo cinco años antes, Jesús María Oyarbide abría las puertas del que se convertiría en uno de los pesos pesados de la cocina en Madrid. Junto a Horcher, Jockey (ahora renovado como Saddle) o Casa Lucio, el Zalacaín acogía a la jet de la época: políticos, presidentes, empresarios, deportistas, estrellas del espectáculo y miembros de la realeza. Y aún lo sigue haciendo.

Sin ir más lejos, el rey Juan Carlos es un cliente habitual. Cuando ejercía como monarca, solía a hacer allí sus reuniones con las manos más poderosas del planeta. También acudía con la reina Sofía cuando a los reyes les apetecía salir a cenar en fin de semana. Y en este sitio, en la calle Álvarez de Baena, número 4, conoció a su exyerno, Jaime de Marichalar.

Alejados de la farándula, Zalacaín lleva 41 años brillando por su saber hacer. En el 1987 recibió el mérito de ser el primer restaurante del país en conseguir tres estrellas Michelin. Tras él llegaron a conseguirlas Arzak en 1989, El Racó de Can Fabes en 1994 y El Bulli en 1997. Quién no ha oído hablar de las famosas patatas suflé (buque insignia de la casa), el pionero steak tartar y de las famosas tejas de almendra. Todo aquel que ha tenido el placer de sentarse en su mesa ha podido comprobar que la tradición y la calidad pueden ser tan inalterables como exitosas.

La buena nueva que acompaña a este legendario restaurante es su incorporación a uno de los eventos más top del país: la IFEMA Horse Week. Desde el día 20 de noviembre y hasta el 1 de diciembre, ofrecerá el catering del evento de los palcos y mesas VIP. Este show internacional suele atraer público de toda Europa y parte del extranjero, convirtiendo en Madrid en referente mundial de la hípica y, nuevamente, del deporte. La colaboración no es casual. Luis García Cereceda, propietario del restaurante, fue un gran aficionado a los caballos, y una de sus dos hijas, Yolanda, compite en esta edición.

Durante las ocho sesiones de competición y las más de 15 pruebas y exhibiciones –entre diurnas y nocturnas–, el equipo de Zalacaín ofrece un menú en sus localidades –para que los asistentes no pierdan ni un minuto del espectáculo. Hace unas semanas, podíamos degustar parte de esta propuesta gastronómica. Las famosas croquetas, el tartar de salmón con salsa Gravlax, el rillete de salmón con crema agria, el biscuit de limón verde al jengibre… fueron alguno de los platos ofrecidos. También los platos más famosos, como las mencionadas patatas suflé o las tejas de almendra. Y algunas propuestas frescas como escalivadas, vierias y langostinos con vinagreta de cítricos acompañados con una copa de vino blanco o champán.

En los palcos privados exclusivos,también se ofrecen diferentes estaciones temáticas que van variando según la jornada: un puesto de panadería artesana, frutería (con diferentes frutas cortadas en el momento), estación de ensaladas, de jamón ibérico de bellota (5J), de quesos españoles e internacionales, de pintxos vascos, de hamburguesas angus, de ceviche, de ahumados, de guisos y cremas, de carnes, de pescados y de postres.

“Una de los méritos del equipo ha sido trabajar fuera de casa”, nos explicó durante la presentación del menú José María Rodríguez, director de Zalacaín LaFinca. Durante el evento, se utilizarán cocinas portátiles de alta tecnología, para ofrecer el mejor servicio aún estando alejados calle Álvarez de Baena, número 4.

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