La lucha de Megan Rapinoe y sus compañeras futbolistas por un salario justo entra en la agenda electoral
La situación no puede ser más paradójica. La selección nacional femenina de fútbol de los Estados Unidos es, sin discusión alguna, el equipo de fútbol femenino más popular del mundo. Estrellas avaladas por un palmarés plagado de títulos, entre ellos cuatro Campeonatos del Mundo, y con figuras que han pasado al exclusivo mundo de las celebrities como Megan Rapinoe, tan icónica como para ser fotografiada por Steven Meisel para una campaña de Loewe. Rapinoe vende en su país tantas camisetas como aquí Messi, no en vano también posee un Balón de Oro. De hecho, en Estados Unidos el fútbol femenino produce muchos más beneficios que el masculino, razón por la cual nadie termina de entender muy bien porqué las futbolistas ganan menos dinero que sus colegas masculinos.
Nadie entiene muy bien qué pasa con las mujeres futbolistas, ni en Estados Unidos ni en España, donde también se enfrentan a agravios comparativos injustificables. En 2016, cinco jugadoras estadounidenses presentaron una queja por discriminación que no produjo reacción alguna. El año pasado, las 28 jugadoras de la selección nacional estadounidense volvieron a presentar una demanda contra la Federación por discriminación salarial, con la esperanza de que la era #MeToo se pudiera solventar esta injusta situación. Ha sido en vano. La corte federal ha fallado en su contra. De nada ha servido jugar mejor, ganar más o batir récords de espectadores (23 millones las han visto por televisión). Su demanda ha sido rechazada.
El juez deniega la demanda de igualdad salarial aludiendo a la negociación colectiva el contrato de las futbolistas, que habrían renunciado al esquema de bonus de los hombres a cambio de un sueldo base seguro. Ellas no están de acuerdo con la resolución y han apelado con el apoyo, por cierto, de sus colegas de la selección masculina. «Estamos en shock con la decisión, pero no nos rendiremos en nuestro duro trabajo por la igualdad. Tenemos confianza en nuestro compromiso de asegurar que las niñas y mujeres no serán menospreciadas por su género», escribió en sus redes Molly Levinson, portavoz de las jugadoras. «Nunca dejaremos de luchar por la igualdad», añadió Rapinoe.
En su lucha, Megan Rapinoe y sus compañeras pueden haber encontrado un aliado ineperado: el candidato en las próximas elecciones presidenciales por el partido demócrata Joe Biden. Biden ya se ha manifestado en favor de la selección nacional femenina y ha amenazado con retirar la financiación estatal a la Federación si no asegura una igual paga a hombres y mujeres, siempre y cuando ganara las elecciones. Además, en un IG Live entre Jill y Joe Biden y Rapinoe se ha planteado una posibilidad absolutamente inesperada: que la futbolista entrara en el ticket demócrata como Vicepresidenta. La idea hizo reír a sus protagonistas, pero de momento ninguno de los dos ha dicho no.
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