La recta final del embarazo: todo lo que sucederá semana a semana

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¿Estás esperando a tu primer hijo? ¿Sientes miedo y nervios por saber qué ocurrirá durante las últimas semanas? No te preocupes, sentirnos inseguras ante la incertidumbre de saber cómo reaccionará nuestro cuerpo es normal. Por este motivo, sobre todo si es el primer embarazo, es importante recurrir a los mejores libros sobre el embarazo para poder estar preparadas. De esta forma, podremos conocer en profundidad cuáles son los síntomas del embarazo y qué alimentos son recomendables dejar de comer durante este periodo de tiempo, entre otras cosas.

Lo cierto es que durante los nueve meses de gestación nuestra barriga irá cambiando. De hecho, existen 11 curiosidades sobre la ‘tripita’ de embarazada que está bien conocer si quieres descubrir más acerca de lo que le ocurre a tu cuerpo durante este tiempo. Además, si ya te encuentras en la recta final del embarazo es importante tener en cuenta todas las medidas que hay que comenzar a tomar. Descubrir los síntomas del parto es fundamental para poder reconocer cuándo se va a producir la llegada del bebé.

Puede que una de las cosas que creen una mayor incertidumbre sea saber diferenciar las contracciones normales de aquellas que nos están informando que el bebé ya está en camino. Reconocer las que corresponden al parto son importantes para saber en qué momento ir al hospital y no crear falsas alarmas. Hay cinco señales que te puedes dar alguna pista de que el parto está cerca: tienes el vientre más bajo y el bebé se mueve menos porque ya está colocado para salir; aumentan las contracciones de Braxton-Hicks, las de entrenamiento; has expulsado el tapón mucoso y tienes cambios uterinos que podrá valorar tu ginecólogo.

Todas estas serán señales que tendrás que tener en cuenta para saber si tu bebé ya está en camino. Además, si ya has salido de cuentas y todavía no te has puesto de parto no te preocupes. Te contamos qué puedes hacer. A continuación, te explicamos todo lo que debes saber donde las últimas semanas de la recta final del embarazo para que estés preparada a todos los cambios que experimentará tu cuerpo. Por otro lado, es normal que en estos momentos estés pensando ya en tu vida con tu bebé, por lo que te ayudamos con nuestra selección de nombres de niña originales y nombres de niño originales para que elijas tu favorito.

Por fin, el último mes. Seguro que te sientes cansada (el volumen del útero te impide respirar bien) y con un gran peso encima: unos 2,7 Kg del bebé (llegará a unos 3,3 Kg), 500 g de la placenta, 1,5 litros más de volumen sanguíneo para hacer frente a la pérdida del parto…

Si te preocupará lo que se te avecina antes del parto y todo lo que tienes que hacer. Sé práctica, cuenta las semanas que faltan y… organízate.

También puedes tener molestias pélvicas (las articulaciones de tu pelvis se distienden, preparándose para el paso del niño), retención de líquidos (sigue caminando y bebiendo agua) y dolor de espalda (“aprieta los glúteos y mete tripa para no curvar tanto la columna y evitar que vaya a más”, aconseja Josefina Ruiz Vega en su libro Nueve meses de espera, ed. Temas de Hoy).

Este periodo va a ser muy intenso. El nacimiento se aproxima y tienes que pasar varios controles y cuidarte muy bien. En este periodo se realizarála última ecografía. Suele hacerse entre la semana 34 y la 36. Si el obstetra estima necesario hacer más antes del parto, te lo dirá.

Aunque todo lo que te ocurre sea normal, tendrás que visitar con más frecuencia a tu ginecólogo y comentarle tus molestias. Como siempre, te pesará, te tomará la tensión, comprobará los movimientos fetales (el bebé ahora se mueve menos, pero aún así debes percibirlo todos los días), te hará un tacto vaginal, etc. Además, es fácil que te mande otras pruebas, así como análisis de orina cada 7-10 días para detectar la presencia de albúmina, un síntoma que, acompañado de subida de la tensión arterial, supone un riesgo para el embarazo.

Si aún no te han hecho esta prueba (indicada entre las semanas 35-37), te la harán esta semana. Es indolora. Se toma una muestra del flujo vaginal y se hace un cultivo para saber si la madre es portadora de una bacteria (Streptococo agalacteae) que coloniza la vagina y que resulta muy peligrosa para el niño. Si la madre la porta, la tratarán con antibióticos durante el parto.

Durante este mes, una semana sí y otra también irás a monitorización. No es una prueba molesta, pero has de estar tumbada 20 minutos conectada con cinturones al cardiotocógrafo, un aparato que registra en una gráfica las contracciones uterinas (aún no las notas) y la frecuencia cardiaca fetal.

Sigue las indicaciones alimentarias que te haya dado tu médico, incluidos los suplementos de calcio y hierro. El niño tiene que engordar, pero sin pasarse, y a ti no te conviene acumular kilos que dificulten el parto y sean difíciles de eliminar en el postparto. Es posible que en esta época también te dé por tomar alimentos para ponerse de parto.

Seguro que empiezas a estar más nerviosa e impaciente, pero intenta mantener la calma y recuerda lo que debes hacer ahora. Mejor no viajar. Ya te habrá indicado el ginecólogo que no es el momento oportuno para viajar en coche (menos aún para volar), aunque sí puedes hacer trayectos cortos dentro del área de influencia de un hospital.

¿Se ha encajado ya?Seguramente en esta semana el niño ya estará cabeza abajo y encajará su coronilla en la pelvis materna. Es la postura más cómoda para él, la que adoptan el 96% de los bebés y la que le va a permitir nacer por vía vaginal.

Para mantenerte en forma, fortalecer el corazón y evitar subidas de azúcar, puedes y debes caminar una hora diaria, salvo que estés con amenaza de parto prematuro, y has de seguir practicando los ejercicios de preparación al parto, sobre todo los de relajación.

A partir de la pérdida del tapón mucoso es mejor la ducha que el baño, para evitar la dilatación del cuello del útero y la posible entrada de gérmenes. Y es preferible posponer ya las relaciones sexuales.

Con el encajamiento sentirás un gran alivio en la zona de las costillas y en el diafragma y respirarás mejor. Pero a cambio notarás más presión en la vejiga y en la pelvis. No te asustes si notas cierta urgencia con el pis y pinchazos esporádicos en la uretra, es normal. Pero no lo es si se producen pérdidas, si aparece dolor o escozor durante la micción o si orinas y, justo después, tienes más ganas y apenas salen unas gotas. Habla con tu médico, pueden ser signos de incontinencia o de infección urinaria que conviene controlar.

Según el Dr. Eduardo Cubillo, ginecólogo especialista en incontinencia urinaria, más de dos millones de mujeres españolas padecen este trastorno tras el embarazo y el parto. Para prevenirlo, “debes seguir practicando a diario los ejercicios de preparación al parto que fortalecen y flexibilizan la musculatura perineal” y además “mantenerte en el peso indicado por el médico, ya que los recién nacidos de peso elevado y cabezas de mayor tamaño predisponen a episiotomías más acusadas”.

Y tras el parto deberás ir a las revisiones que permiten diagnosticar problemas del suelo pélvico y, si es necesario, someterte a ejercicios de fortalecimiento de la zona o a corrección mediante cirugía mínimamente invasiva.

En esta etapa del embarazo a muchas mujeres les entra la ansiedad por tenerlo todo preparado para cuando llegue el bebé y despliegan una gran energía en este empeño.

Se conoce como “síndrome del nido” y has de tener cuidado, porque puede generarte mucho estrés (el estrés puede adelantar el parto). En realidad ¿qué necesitas? No tienes por qué ponerte a pintar su habitación, ni debes agobiarte por las cosas del bebé que aún no tienes y que podrás adquirir cuando él ya esté aquí.

Otra semana intensa, porque notas que cada vez está más cerca el momento de conocer a tu hijo y sientes una mezcla de ilusión y temor. Te viene bien saber lo que vivirás ahora.

Contracciones indoloras

El bebé, con unos 48 cm y 2,9 Kg, ya está encajado, y a la incomodidad de su postura se suma el empuje de las contracciones uterinas. Sí, en este mes tienes las contracciones de Braxton Hicks, poco dolorosas, irregulares e infrecuentes, que contribuyen a ablandar el cuello uterino.

También pueden aparecer ya contracciones significativas y el médico debe valorarlas con la monitorización. Si la gráfica fetal refleja algún problema (pérdida de bienestar), el tocólogo, al que visitarás cada semana, decidirá si es preciso finalizar la gestación.Por contra, si pasas la semana 40 y no hay síntomas de parto, te monitorizarán cada cuatro o cinco días hasta la semana 42. Superada esta fecha se considera un embarazo post-término y es probable que te induzcan el parto.

Las madres empleadas tienen derecho a ausentarse de su puesto para monitorizarse y realizar las pruebas que el médico estime oportunas. Si estás muy cansada y el trajín de las visitas médicas te supera, plantéate coger ya la baja.

La espera desespera. Psicológicamente, la última semana supone un gran desgaste para la madre. Al cansancio físico, la falta de sueño, las digestiones difíciles, etc. hay que añadir la preocupación por lo que se avecina, el temor de que aparezca alguna complicación, la ansiedad por que todo termine… Esto genera un estado de ánimo “explosivo”.

Es prioritario recuperar la calma, ahorrar energías, pensar en positivo y poner en práctica la respiración de relajación aprendida en la preparación al parto (otra razón para asistir a las clases).

En esta última semana quizá aparezca por la vagina una sustancia grisácea y densa con algún hilillo de sangre. Es el tapón mucoso que cerraba el cuello uterino y protegía al niño de infecciones. Si se desprende solo, es porque se ha producido una ligera dilatación: el parto no es inmediato, pero está cerca. Si el tapón se desprende tras una revisión ginecológica, el dato es menos relevante, ya que se debe a la manipulación médica, no a una dilatación.

Rotura de la bolsa amniótica. A veces, sin contracciones, se rompe la bolsa de aguas y sale el líquido amniótico a borbotones. Ve al hospital sin prisa pero sin pausa; aunque no te duela nada, el parto se puede producir en las próximas 24 horas. Además, una bolsa abierta es un foco de entrada para cualquier infección.

En algún momento de esta semana notarás un dolor intenso en los riñones que se desplaza hasta la parte baja del abdomen y después se calma. Se trata de una contracción y ésta sí es de las de parto. Lo más probable es que hasta dentro de media hora no tengas otra. De momento serán soportables y de corta duración, pero aumentarán en ritmo y se irán intensificando. Cuando se produzcan cada 15 minutos y sean rítmicas, más largas e intensas, habrá llegado el momento de coger la bolsa y salir hacia el hospital.

Al final del embarazo los nervios te dominarán y estarás más pesada y molesta. Tómatelo con calma y paciencia. Te damos algunos consejos para hacer la espera del parto más llevadera.

Para la pesadez de piernas:

– Siempre que puedas, ponlas elevadas.

– Al llegar a casa, mete los pies en agua templada y enfríala poco a poco.

– Pon un par de hielos en una bolsa de plástico y pásatelos por los tobillos

– Utiliza medias de compresión.

– Descansa acostada sobre el lado izquierdo, con una pierna flexionada y apoyada sobre una almohada.

– Cena dos horas antes de acostarte, para ir a la cama con la digestión hecha.

– Durante el día puedes tomar un puñado de frutos secos y alimentos ricos en potasio y calcio, para cargarte de energía y evitar los calambres, pero no tomes frutos secos por la noche o te costará digerirlos.

– Toma más verduras, cereales, frutas, fibra y al menos dos litros de agua al día.

– Haz ejercicio moderado a diario (andar).

– Procura ir al WC siempre a la misma hora.

– Si esto no basta, consulta al médico si puedes tomar un preparado a base de algas que aumente el líquido de las heces. No uses laxantes por tu cuenta ni cualquier pomada para las hemorroides, porque pueden perjudicar al niño.

Las últimas semanas antes de salir de cuentas es conveniente que tengas preparada la bolsa que te vas a llevar al hospital el día del parto, por si el bebé se adelanta. Documentos:

– Estudio preanestésico, últimos análisis de sangre y de orina y el resultado del exudado vaginal.
– Tus tarjetas de asistencia médica (pública, privada o ambas).
– Libro de Familia y DNI de los padres, si en el hospital hay oficina del Registro Civil para inscribir al niño, a las 24 horas de nacido.

– Dos o tres camisones o camisolas de fácil apertura delantera, para la lactancia (en el hospital público debes usar el camisón que te den.)

– Zapatillas y neceser básico.

– Sujetadores de lactancia y discos protectores.

– Braguitas desechables.

En la sanidad pública no necesita nada, le prestan el pijamita y los pañales.En un hospital privado conviene que lleves…

– Cuatro bodies.

– Cuatro pijamas.

– Un arrullo o toquilla.

– Neceser con esponja, toalla, crema para el culete y emulsión sin jabón.

– Pañales de recién nacido (lo demás, incluida la silla de auto para volver a casa, te lo pueden llevar al hospital.)

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