Las 20 mejores películas del cine español que debes ver
Pese a que los primeros españoles en rodar películas fueran Joseph Sellier –con el estreno de El Entierro del General Sánchez Bregua– o Eduardo Moreno en 1897, ese mismo año se presentó la primera película argumentada del cine español, Riña en un café, de Fructuós Gelabert. Sin embargo, el cine español destacó, años después, por numerosos acontecimientos como el apogeo del cine mudo, la crisis sonora, el cine referente a la Segunda República, la Guerra, la Posguerra, el ‘nuevo cine español’, la Escuela de Barcelona –un cine que rompía con lo establecido hasta el momento y adoptada una visión más cosmopolita y experimentalista– y, por último, ‘el cine de la democracria’ que surgió tras el final de la dictadura franquista.
Sin embargo, –desde 1953 y coincidiendo con el nacimiento del Festival de Cine de San Sebastián–, comenzaron a aparecer en las pantallas otras producciones como Bienvenido, Mr Marshall (1953), la cual el New York Times consideró como la primera gran película española y en la que Luis García Berlanga narró el patetismo y la ignorancia española de la época. Otras producciones como La semana del asesino (1974), obra del director Eloy de la Iglesia, Caniche (1979) –donde Bigas Luna desembarcó en el Festival de Cannes para atentar contra las parafilias de la alta burguesía–, Quién puede matar a un niño (1976) –que refleja la situación de un pueblo habitado por niños cuyo lema es ‘Muerte a los adultos’– o Tésis (1996) el thriller que refleja la España de Alcásser, han sido grandes estrenos del siglo XX y que han mostrado el talento que esconde el país. Y en especial, directores como Pedro Almodóvar, Luís Buñuel, Alejandro Amenábar, Alex de la Iglesia, Jose Luís Cuerda y Luis García Berlanga han sido y fueron, entre otros, los directores cinematográficos que nos han permitido disfrutar de producciones de calidad ‘made in Spain’.
Estas 20 películas –y éxitos indudables del cine español– se convertirán en esa historia que hubieses querido conocer antes y volverás a ver una y otra vez.
Un joven matrimonio inglés llega a la inocente isla de Menorca para pasar un verano tranquilo, donde se encuentra con un pueblo en el que sólo habitan menores de edad y un único e interesante lema de vida: ‘Muerte a los adultos’. Terror en Baleares. Los pájaros conocen a Los chicos del maíz que, siendo posterior, no deja de ser una revisión ‘stephenkingniana’ de la de Ibáñez Serrado.
Casi como un biopic del propio Zulueta, en Arrebato, rara avis en el tan desatado cine de la transición, un director de cine sufre lo suyo mediante pesimismos, drogas y desamores varios. Rara avis porque no critica la sociedad del momento como el resto, sino a las personas en sí.
Dijo James Franco una vez que su película favorita respondía al nombre de El espíritu de la colmena. Y no resulta complicado entender el por qué si tenemos en cuenta que lo que hace Víctor Erice aquí: espantar a todos los monstruos de la infancia, no otros que las atrocidades y complicaciones de la vida adulta.
Tras dedicar años de investigación y experimentación para elaborar una piel para curar las quemaduras de un accidente que tuvo su mujer, el doctor Robert Ledgard encuentra una cobaya humana –que mantiene retenida– en la que experimentar su hallazgo.
Amantes iba a cerrar la segunda temporada en el 91, pero aquel duelo de celos y pasión salvaje se tenía que ver a lo grande. Y tanto Victoria Abril como Maribel Verdú todavía esperan su estatua para que los locos del amor tengan un sitio donde ir rezar por sus pecados.
Jose Luis Cuerda nos sorprende con esta película cuyo guión se centra en situaciones humorísticas que suceden en un pueblo de la Sierra. Cuando Teodoro, un ingeniero español que ejerce de profesor en Estados Unidos regresa a España, se encuentra con una situación que cambiará por completo su vida.
El mayor de los problemas de Viridiana no era ser una monja de la que su tío pretende abusar porque se parece a su difunta esposa, sino las protestas de la Iglesia del Vaticano. Y la única película en traer la Palma de Oro a España desde el Festival de Cannes sería prohibida ipso facto por Franco. Porque con la Iglesia hemos topado. La obra maestra de Buñuel no se estrenaría aquí hasta 1977, con la muerte del dictador.
La España franquista se convierte en el escenario de Los santos inocentes, una historia que narra la vida de una familia de campesinos cuyo destino se aleja de la miseria y del sacrificio gracias a múltiples acontecimientos.
“Yo no podía ir a Málaga con esta papeleta, bastante es que soy modelo”. Pero la papeleta de estas Mujeres al borde de un ataque de nervios no solo eran unos terroristas chiítas ni depresiones por amor varias, era una colorista comedia de enredo que además de asentar a Almodóvar en el mapa del mundo, también dejaba el gazpacho como el mejor arma para dormir una buena siesta después de comer.
“Me llamo Ángela y me van a matar”. En Tesis Ana Torrent resurge como reina del grito, en un retorcido thriller sobre los años universitarios, para alumbrar a la España de Alcàsser.
La sombra de los Bosé es muy alargada desde antes de que Miguel Bosé cantara aquello de que el diablo se había escapado y que tuviéramos cuidado con la que había armado. Pues tres décadas antes era su madre, Lucía Bosé, la que la liaba atropellando a un ciclista y dejándolo abandonado en medio de la carretera. Gran Premio de la Crítica en Cannes para la que escarba de forma sublime entre las miserias de la clase alta de la época.
Al reivindicable Eloy de la Iglesia la censura le intentó masacrar una de sus obras maestras, pero ni los mayores cortes sufridos en toda la historia de la dictadura, pudieron acabar con ella. Vicente Parra, es un pobre desgraciado de barrio obrero que, además de asesino, vive con tortura su homosexualidad.
Sobre el eterno patetismo y la ignorancia española se ríe Bienvenido Mr. Marshall. Un cuadro cirquense de la España atrasada de la dictadura y cuna del aún en auge chiste Que vienen los americanos, como si de un avistamiento ovni se tratara.
A Villaronga le propinaron un puñetazo al grito de “Porco assasino” después de ver Tras el cristal en el festival de Berlín de 1986. Era su primera película. Exnazi violador y pederasta vive exiliado en un pueblo perdido de España junto a un sumiso y adolescente enfermero y un pulmón de acero por culpa de un fallido intento de suicidio.
Con el éxito de La comunidad a Álex de la Iglesia le ofrecieron dirigir El gran marciano, un surrealismo abstracto con los concursantes de la primera edición de Gran Hermano. Lo rechazó, pero tenía sentido después de una obra maestra del humor negro como ésta en la que encierra, en un decadente edificio del centro de Madrid, a un variopinto grupo de personas para que se maten entre ellas por un maletín de 300 millones de pesetas.
Versión incestuosa y zoofílica del Jules y Jim de Truffaut. Además, observar a Ángel Jové mientras limpia la piscina con impoluto uniforme Fred Perry, después de jugar con su perro Dany, es una locura no apta para todas las mentes.
Pedro Almodóvar narra un melodrama donde el romance cobra especial fuerza. Hable con ella relata la historia de Benigno, un enfermero que se enamora de una de sus pacientes y que, a su vez, establece un fuerte vínculo con el acompañante de otra paciente. ¿El destino que les augura? Una incógnita que descubrirás a lo largo de la trama.
Una película en la que se mezclan la comedia negra y la sátira para narrar la historia de una familia en la que el padre, José Luis, decide emigrar a Alemania tras decidir que quiere cambiar su trabajo en una funeraria por mecánico.
Salvador Mallo se convierte en el epicentro de la historia, donde varios acontecimientos de su vida vuelven a suceder años después y donde la prosperidad, el deseo, el amor, la ruptura amorosa, la escritura y el cine juegan un papel fundamental.
Tras un accidente en el mar que hizo que Ramón (Javier Bardem) llevara casi 30 años sin poder moverse de su cama, el único deseo que tiene consiste en una muerte digna. Sin embargo, Julia –papel protagonizado por Belén Rueda– y Rosa –protagonizado por Lola Dueñas–, tratarán de convencerle de lo contrario.
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