Las mejores series de Netflix en 2020: de mejor a peor
La mitad de España está avanzando en las fases y otra está un poco más replegada, pero aunque podamos hacer cada vez más actividades fuera de casa, siempre tenemos un plan bueno, bonito y barato en casa.: pasar una buena tarde o noche viendo películas y series en nuestro salón con pareja, familia o solos.
Por eso, después de unos meses intensos con muchos estrenos y de las que os hemos hablado de decenas de series, llega el momento de hacer el ranking definitivo de los mejores estrenos de Netflix de lo que llevamos de 2020. Lo iremos actualizando según nos vayan llegando nuevas series.
Llegó como si nada y se ha convertido en la serie revelación del año. Con un equipo detrás principalmente femenino, la serie se basa en la historia real de Deborah Feldman. Esta joven nació en 1986 y se crió en Williamsburg, Brooklyn, en el seno de una familia Satmar que solo hablaba yidis, prohibiéndole hablar inglés cuando estaba en casa.
Deborah fue criada por sus abuelos, ya que su madre biológica huyó de esta religión poco después del nacimiento de su hija y su padre tenía una discapacidad mental que le impedía criarla él mismo.
A los 17 años, Deborah contrajo matrimonio, y con 19 ya había tenido un hijo. La joven decidió que quería estudiar y comenzó a acudir al Sarah Lawrence College, lo que le llevó a decidir que quería algo más en su vida, abandonando esta comunidad y a su esposo en 2009.
¿Tiene defectos? Muchos. ¿Era necesario? Muy poco. ¿Es disfrutable? Una barbaridad. La cuarta temporada se empieza a poner cuesta arriba, las tramas se están alargando y muchos son los que piden que termine ya, pero se sigue viendo en un instante. Y es la serie más vista en el mundo y es española, así que no seremos nosotros los que la hundamos tan pronto. Confiamos en El Profesor.
Se esperaba mucho de ella viniendo de Ryan Murphy, pero la verdad es que la serie ha pasado sin que apenas nadie hable de ella y quizá la culpa la tengan esos tres primeros episodios que poco tienen que ver con lo que viene después de la serie.
Se podría decir que Murphy tiene el síndrome de Baz Luhrmann, director de Moulin Rouge o El Gran Gatsby, y que ha sido comido por si mismo. Le gusta tanto lo que hace que quiere remarcar su estilo más de lo que la serie necesita.
Aún así, si aguantas hasta la parte central y amas el cine, Hollywood te atrapa por esa recreación de la ciudad del cine y unos personajes que logran que empatices con ellos. Nosotros la ponemos en el podio por la excelente recreación de un mundo por el que todos hemos soñado alguna vez.
La segunda temporada confirmó lo que ya nos temíamos: es divertida, original y trata las preocupaciones de los adolescentes de una manera real y lejos de la depresión de Euphoria, pero eso no quita que la serie esté sobrevalorada. Aún así, los personajes son tan frescos y originales que los verías unas temporadas más…
Cuando ocurrió el confinamiento, es la serie que Netflix más publicitaba y nos comimos todos, nos gustara y no. Y el resultado es como la comida rápida, te satisface en el momento pero en cuanto sales ya no recuerdas lo que has comido.
La serie consta de 8 episodios de 45 minutos de duración cada uno. Narra la vida de Freud (Robert Finster), un joven psicoanalista ansioso por hacerse un hueco en la Viena del siglo XIX. De la mano de una médium (Ella Rumpf) y un detective (Georg Friedrich), intentará resolver sangrientos crímenes con grandes obstáculos no solo por su dificultad, sino por la forma de pensar de nuestro protagonista: Freud tendrá que enfrentarse a las críticas que reciben sus teorías sobre el subconsciente y la sexualidad.
No sé cómo no la hemos puesto más abajo. El primer patinazo español de Netflix. Se cree la ‘Sexo en Nueva York’ española y no le llega a los tacones. Funciona como embajadora de los lugares más bonitos de Madrid, pero hasta en eso llega fuera de época, porque te transmite tristeza por no poder disfrutarlo en persona más que otra cosa.
El guión no funciona, en ocasiones hasta se siente vergüenza ajena,y el reparto es erróneo, quizá solo se salve Diana Gómez como protagonista. Pero si el femenino es malo, el que han encontrado para el masculino da penita. Y encima han realizado tantos cambios que no está gustando ni a los seguidores de los libros.
La vendieron como la nueva Stranger Things y no se parece ni en las ganas. La trama se centra en Sydney, una joven huérfana de padre que se encuentra inmersa en la etapa adolescente, con todo lo que eso conlleva. Empieza a descubrirse a sí misma en todos los aspectos; el amor, la sexualidad, la amistad, las relaciones familiares… Siempre se siente fuera de lugar y, a pesar de que recibe ayuda psicológica, explota con bastante facilidad.
El problema es que es previsible, lenta y hasta aburrida.
Dos temporadas rompedoras, éxito mundial y sus protagonistas convertidos en estrellas mundiales, pero la tercera tanda ha sobrado. Lo mejor que le puede pasar a la serie es que termine o cambien el reparto para siempre.
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