‘Las Niñas de Oro’, el ‘Equipaso’… ¿por qué con esos referentes no hay gimnastas españolas en los Juegos de Tokyo 2021?

La gimnasia rítmica es olímpica desde Los Ángeles 1984, fecha en la que se disputó la modalidad individual de la disciplina por primera vez. Desde entonces, la rítimica española ha estado presente en esas citas, pero no fue hasta Barcelona 92 que se logró la primera medalla, año que coincidió con que el Estado dio la mayor dotación económica al deporte españo.. El metal lo obtuvo Carolina Pascual y, en forma de plata, desbancó a la URSS de su monopolio. En Atlanta ‘96, a pesar de una menor dotación presupuestaria, se reunieron los ingredientes para volver al olimpo. En aquellas Olimpiadas –en las que se estrenaba la modalidad de conjuntos en unos juegos– salieron las archiconocidas ‘Niñas de Oro’, que venían de ganar oros en los mundiales y repitieron resultado, siendo las primeras en la historia de la rítmica que lo conseguían. Pero estas jóvenes de entre 15 y 17 años se retiraron tras ese gran encuentro y tuvieron que pasar 20 años hasta que la rítmica española consiguió otra medalla en unos juegos. Sin embargo, las gimnastas nacionales nunca dejaron de estar en lo más alto de la disciplina a nivel internacional. ¿Qué ha pasado entonces para que en Tokio ‘21 no tengamos representación?

Este hecho histórico atiende a varios factores. El penúltimo ciclo olímpico lo protagonizó el “Equipaso”, que así se hacía llamar desde 2011 el conjunto que la consiguió, dado el seseo de la cordobesa Lourdes Mohedano, una de las integrantes junto a Elena López, Sandra Aguilar, Artemi Gavezou y la capitana Alejandra Quereda. Con ellas fueron todo medallas en Europeos, Copas del Mundo y Mundiales para las españolas: tenían la motivación de alcanzar la medalla en unos Juegos tras el cuarto puesto que consiguieron en Londres 2012. Se quedaron a las puertas del podio, a pocas décimas de las italianas. Su actuación en Río 2016 fue impecable y les brindó una plata que para muchos debió ser oro: fueron las únicas que no fallaron, pero el jurado no lo consideraró suficiente. Terminaron ese ciclo olímpico entre los21 y los 24 años, una edad avanzada para su disciplina, y cargadas de lesiones.

Siempre tuvieron como grito de guerra: ‘El dolor es temporal, la satisfacción es para siempre’, pero la realidad de tener que pasar por quirófano para recuperarse se impuso y decidieron retirarse. “Fue un alivio para todas porque no tenía sentido continuar un año más para ir a un mundial, después de haber ido a ocho y sabiendo que no íbamos a aguantar hasta los siguientes juegos”, explicaba recientemente Sandra Aguilar a esta revista. Lo que sucedió los tres años siguientes fue un cúmulo de factores que fueron perjudicando a la selección española, tanto por el relevo generacional, como por el cambio de código, que dispone la FIG (Federación Internacional de Gimnasia) con cada ciclo olímpico. “Si otras disciplinas supieran todos los cambios que hay en la nuestra, se llevarían las manos a la cabeza”, comentaba Almudena Cid justo antes de empezar las olimpiadas de Tokio. Y aquel nuevo equipo no consiguió adaptarse al nuevo código.

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Por eso, en 2020 se dio un giro para solucionar los problemas. Y el cambio quizá fue demasiado drástico: la entrenadora Sara Bayón y la seleccionadora Anna Baranova fueron sustituidas por Ana María Pelaz y Alejandra Quereda , así como todas las gimnastas del equipo senior, excepto Ana Gayán, que capitanea ahora el nuevo conjunto. Y dio frutos, pero tardíos y no estuvieron listas para llegar a Tokio. Pero el objetivo no era ese, sino llegar a París ‘24. Aún así, con apenas un año de entrenamiento, la nueva selección llegó al europeo de Varna en unas condiciones espectaculares: de no haber sido porque Ucrania las adelantó, nuestras chicas estarían este fin de semana en Tokio. Era la última oportunidad de un complejo sistema de clasificación.

“Creo que quizás el relevo no se ha hecho bien. Es verdad que veníamos de una medalla olímpica y superar o igualar eso iba a ser complicado. Lo difícil no es llegar a lo más alto, sino mantenerse”, comenta Sandra Aguilar, exintegrante de la selección que ganó la plata en Río y secretaria técnica de gimnasia rítmica de la Real Federación Española de Gimnasia.

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Lo destacable es que la historia se repite. En las Olimpiadas de Sydney 2000 sucedió algo parecido: la planificación no fue la mejor y el equipo que sucedió a ‘Las Niñas de Oro’ tenía la presión de conseguir lo que las anteriores, pero no logró meterse en la final olímpica. Almudena Cid lo explica muy bien: "Esta es la realidad que tenemos y espero que hagamos una lectura para que no vuelva a ocurrir, porque España es una potencia en este deporte. Hemos pasado de ser campeonas olímpicas en Atlanta a quedarnos sin medalla y sin final en Sídney. Ahí ya se veía que algo estaba pasando a nivel estructural. En Atenas entramos por poco en la final, Pekín no conseguimos entrar, Londres otra vez para arriba –la selección rozó la medalla desde el cuarto puesto– y ya en Río la plata. Y ahora otra vez… Esto no ocurre en Bulgaria ni en Ucrania ni en ningún país".

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En la modalidad individual la situación no es exactamente igual. No hemos conseguido una medalla desde la de Carolina, pero desde el 96 hasta 2008 estuvo Almudena Cid batiendo récords: es la única gimnasta de rítmica que ha llegado a cuatro finales olímpicas. Se retiró con 28 años –una edad avanzada para el deporte– y tras ella estuvo Carolina Rodríguez en dos finales olímpicas (Londres y Río), que se retiró a los 30. El nombre que más sonaba para llegar a Tokio era Polina Berezina, seguida de Natalia García. La primera luchó por la plaza durante todo el ciclo olímpico, mientras que a la segunda las lesiones le mantuvieron a raya hasta 2020, cuando también lo dio todo. Pero además de ellas hay otras promesas como María Añó, Alba Bautista, Paula Serrano, Salma Solaun, Lucía González –aún junior– y un largo etcétera de gimnastas jóvenes, que con el apoyo adecuado de la Federación Española de Gimnasia, una buena preparación y muchas competiciones internacionales, podrían llegar a París en perfectas condiciones. Igual que el conjunto: “Están trabajando bien, hicieron la competición del año en el momento más importante”, elogia Cid a las últimas seguramente esperando que la rítmica española vuelva a ser olímpica.

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