Llega la madre de las Solorz\u00e1bal; \u2018El secreto de Puente Viejo\u2019
QUÉ HA PASADO
• Marta regresa con Ramón y anuncia que se han casado.
• Alicia salva la vida a Matías.
• Raimundo no reacciona a estímulo alguno.
Adolfo se queda destrozado al saber que Marta se ha casado y confiesa a Tomás que sigue amándola. Este le aconseja anular la boda con Rosa para dejar de cometer errores, pero él lo descarta: “Debo pensar en el hijo que espera”.
La marquesa cree que doña Francisca se quitará la vida junto a su desahuciado marido cuando Antoñita le informa de que le ha entregado un sobre con una generosa propina por sus servicios. Su sorpresa será mayúscula al conocer por la mismísima Montenegro, que disfruta comunicándoselo, que su plan es trasladarse a una casa del pueblo.
Molesta porque la señora se la ha jugado de nuevo, doña Isabel la paga con Tomás, a quien ataca por ocultarle las mejoras introducidas en la mina.
Se enfada y la acusa de tratarlo de diferente manera que a Adolfo: “A él jamás le hablas de ese modo. Nunca reconocerás mis méritos ni estarás orgullosa de mí”. Incapaz de controlar su ira, la marquesa le insinúa que no son hermanos, pero luego se arrepiente y le asegura que estaba bromeando.
Solozábal reúne a sus cuatro hijos para recapitular los acontecimientos de los últimos meses y animarlos a luchar por recuperar la familia unida que fueron. Justo en ese momento llega Manuela con un telegrama de doña Begoña, donde comunica que ha salido del sanatorio y está en camino.
Don Filiberto teme por su vida y acude al bosque donde se encuentra agazapado entre las rocas con un extraño crucifijo en las manos.
A punto de atacar a Mauricio con el crucifijo convertido en daga…
don Filiberto es llevado por un encapuchado a un siniestro lugar con más gente desconocida.
El curo es torturado durante varias horasdejándonle en shock sin saber qué es lo que ocurre.
Se descubren el rostro y le dicen que pertenecen a una sociedad secreta que luchan contra la instauración de la República y que quieren que se sume a su causa. El párroco respira aliviado.
Encarnación pide ayuda al capitán Huertas para hacer llegar una carta a su marido. Él se compromete a hacerlo, pero le advierte de que no le resultará fácil porque lo tienen en un régimen especial.
Luego, Alicia recibe la visita de Matías. “Ha venido a verme una persona influyente y me ha asegurado que tu padre quedará libre si no te presentas a alcaldesa”, le comunica. La mujer se queda destrozada, pero ni por esas da un paso atrás en sus aspiraciones políticas. “Mi padre tampoco querría”, piensa.
Tras el fracasado intento de que Adolfo rompa su compromiso con Rosa porque la cree desequilibrada, doña Isabel comenta a su capataz que lo mejor sería que desapareciera para que su hijo no se viera en obligación de casarse con ella.
La Montenegro pone a la cotilla de Dolores en su sitio cuando va a verla a su nuevo hogar y no hace otra cosa que desmerecerlo por humilde. Mientras tanto, a la que fuera su esplendorosa casa llega doña Begoña, que es recibida con alborozo por sus hijas.
La mujer se emociona escuchándolas y se muestra como la perfecta suegra cuando conoce a Ramón y a Adolfo. Pablo mantiene las distancias para no alterarla con su presencia.
Don Ignacio, por su parte, está pendiente de los movimientos de su esposa por temor a que sufra un brote de locura y lastime a alguien. Manuela, que se da cuenta de su angustia, trata de tranquilizarlo.
El doctor Clemente comenta con Francisca el informe del especialista que examinó a Raimundo: “No es concluyente, pero todo indica que el estado de su esposo es irreversible”.
Pese al chantaje, Alicia da su primer mitin, en el que habla de las presiones que ha recibido y de los rumores sobre una sociedad que quiere acabar con el avance de la República.
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