Minnie Cushing, la fascinante (y casi desconocida) primera mujer de Peter Beard: icono de moda en los sesenta, socialite de Newport…

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"Peter Beard vivió consternado el fin de su matrimonio con la socialite de Newport Minnie Cushing, pero se dijo encantado de su divorcio de Cheryl Tiegs", cuenta la periodista Leslie Bennetts en el reportaje El soñador africano, publicado en 1996 en la edición estadounidense de esta revista. Con motivo de la muerte del fotógrafo neoyorquino a los 82 años de edad los obituarios han pasado de puntillas por la figura de su primera esposa. Con razón, ya que la que fuera icono de estilo durante la década de los sesenta, cuando protagonizó su breve unión con Beard, ha llevado en las últimos tiempos una vida sumamente discreta.

Sin embargo su enlace, celebrado el 12 de agosto de 1967 en la Iglesia de la Trinidad de Newport, Rhode Island, fue todo un acontecimiento al que no faltaron miembros de las grandes familias de la Costa Este. Ella, cuyo nombre completo es Mary Olivia Cochran Cushing, procede de una de las sagas más importantes del país, los Cushing, que debe el origen de su fortuna al comercio con China. Se puso de largo en la mansión familiar de The Ledges, construida en 1850 por su bisabuelo, Robert Maynard Cushing y donde se celebró por cierto la boda. Beard también pertenecía a la llamada "realeza" estadounidense. Como subraya la revista Town&Country, su bisabuelo fue el magnate del ferrocarril James Jerome Hill y se educó en Buckley, "una escuela privada de Manhattan", Pomfret, "un internado en Connecticut", y la Universidad de Yale, donde se graduó en Arte.

Cushing se casó vestida por su amigo Oscar de la Renta, para quien además trabajó como asistente. El día anterior a la boda, el propio modista de origen dominicano llevó el traje de novia de organdí desde Nueva York. De la Renta vistió a varias de las invitadas y la nota de sociedad que publicó entonces The New York Times destacó cómo varios de los asistentes optaron por "pantalones de color rojo, amarillo o blanco con chaqueta oscura" en lugar del tradicional traje azul marino.

La pareja se había conocido en Kenia, el país al que Peter Beard viajó por primera vez con 17 años de edad, durante un safari. Fue amor a primera vista, pero no duró demasiado: tres años. El divorcio fue traumático para el fotógrafo, quien, a consecuencia de la ruptura, ingresó en una clínica psiquiátrica por una sobredosis de barbitúricos. Pero, entre 1966 y 1969, Beard y Cushing fueron una de las parejas más admiradas de la industria de la moda, habituales de la escena nocturna de la ciudad de Nueva York.

En aquella época Minnie posó de forma habitual para la revista Vogue. A mediados de los años 60, nadie mejor que ella para lucir los vestidos al bies, las minifaldas o los sastres pantalón de inspiración militar que marcaron la moda de la época y lo que la entonces directora de la cabecera, Diana Vreeland, bautizó como "youthquake", terremoto de juventud. Cushing era por entonces "una belleza alta y delgada", según el escritor Dominick Dunne: morena y con las cejas pobladas que enmarcaban un rostro fresco y algo añiñado. Encadenó editoriales con fotógrafos como David Bailey y Toni Frissell, fue retratada por Richard Avedon

Y es que Minnie, criada en la mansión familiar entre las obras de arte de su abuelo –que cuelgan hoy de las paredes del Museo Metropolitano de Nueva York– y el glamour de su abuela Ethel Cochrane, tía de CZ Guest, encarnaba como nadie el ideal de belleza patricia de la Costa Este de los Estados Unidos, pero convenientemente actualizado: su melena no estaba cuidadosamente peinada como la de las Fabulosas Cushing, las tres hermanas que causaron sensación en los años cincuenta –y que eran sus tias abuelas–, su piel lucía natural, su aspecto era atlético y despreocupado. No tienen más que ver el retrato que le hizo Slim Aarons en 1965 en Bailey’s Beach, la playa del club fundado por su familia en Newport, con la tabla de surf, para hacerse una idea.

Sin embargo, a mediados de los años setenta –justo cuando se formalizó su divorcio de Peter Beard–, Minnie Cushing se esfumó. Prefirió seguir con su vida lejos de los focos. Solo Bruce Weber pudo disuadirla para que dejase por un momento su apacible vida de dama de la alta sociedad y volviese a posar para Vogue Italia. Lo hizo en 2004, en un editorial junto a Hillary Rhoda que recrea precisamente el estilo de vida relajado de la realeza estadounidense, esas familias como los Kennedy o los Cushing. Las fotos se tomaron en la casa de Andy Warhol en Montauk. En el reportaje cuentan que Minnie se dedica a diseñar muebles, criar gallinas y cuidar a su familia, con quien vive entre Newport y Nueva Orleans. De allí era su segundo y definitivo marido, el artista Jimmy Coleman –que aparece en una de las instantáneas de la sesión de Weber en Montauk– fallecido en 2018.

Con Peter Beard mantenía una relación cordial. El fotógrafo no dudó en invitarla a su 65º cumpleaños en Nueva York. De ahí data su última foto juntos.

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