Qué es el síndrome de la cabaña y cómo nos afectará en la desescalada
Con la desescalada por fases que estamos viviendo desde el sábado pasado, hemos encontrado una mayor libertad a la hora de salir a la calle, pero siempre respetando una serie de limitaciones impuestas por las fases que sucederán en las próximas semanas. Comenzamos por practicar deporte y pasear durante una hora al día, y continuaremos con otro tipo de actividades que podremos ir haciendo según pasen los días, y las medidas de seguridad así lo requieran. Pero si ya sufrimos la ansiead y el estrés por estar encerrados tanto tiempo y vimos que estas medidas podrían traernos consecuencias y provocar un impacto mental, hoy estamos siendo testigos de cómo el «miedo a salir a la calle» es una realidad.
El síndrome de la cabaña, es el nombre técnico con el que denominan los psicólogos a este comportamiento y sucede cuando aparece: «un cuadro ansioso depresivo que se produce tras épocas prolongadas de confinamiento, en el momento de tener que afrontar la salida al mundo real. Hay quienes pueden vivir este momento con cierta angustia y miedo, al vivir el hogar como su lugar seguro, donde están protegidos y donde tienen todo lo que necesitan. Algunos de los síntomas serían fatiga, irritabilidad, tristeza, desmotivación, apatía, desconcentración, desconfianza, y alteraciones de las funciones básicas (sueño, apetito y deseo sexual). En mi opinión se trata de lo que conocemos como un trastorno adaptativo, que consiste en experimentar un estrés mayor del habitual en la situación en la que se encuentra la persona. Si el problema se agrava podría llegar a una agorafobia», nos explica Aída María Rubio, psicóloga de la aplicación Therapychat.
Al igual que tuvimos que adaptarnos a una vida encerrados durante varias semanas a causa de la pandemia mundial del Covid-19, readaptarnos de nuevo y volver a nuestras vidas previas para algunos pueden convertirse en todo un reto. La experta especifica cuáles son los motivos más comunes que pueden causar ese comportamiento: «el miedo al Covid, volver al estrés laboral y las dificultades en la conciliación». Estas personas necesitarán más tiempo, más apoyo de su entorno o incluso ayuda psicológica.
¿Cómo afrontar este ‘nuevo’ miedo?
Ponernos una venda en los ojos y paralizarnos es la respuesta más fácil en una primera instancia, pero nada práctica a la larga porque tarde o temprano tendremos que volver a nuestros trabajos, afrontar la vida conviviendo con el virus, salir a pasear con los niños… «El inmovilismo y la evitación de las situaciones que nos generan malestar no son la respuesta, ya que potenciarán el problema y nos encerrará más en nuestra “cabaña”. Pero forzarnos a volver rápidamente a nuestro ritmo de actividad previa en el exterior también generaría una sobreexposición innecesaria a estas emociones y quizás de manera descontrolada».
La desescalada precisamente nos puede ir ayudando y marcando tiempos de forma progresiva para ir afrontando distintas situaciones sociales y laborales, aunque puede que haya personas que no estén preparados tampoco para esos tiempos. «Quizás te ayude visualizarte antes de cada reto, manejándolo con éxito, anticipándote a los posibles problemas que puedan surgir y cómo los podrías solventar», aconseja Aída María.
Consejos para afrontar la desescalada
– Siempre y cuando podamos controlar en qué momento afrontar “x” situaciones, conviene hacerlo cuando nos sintamos suficientemente preparados.
– Tenemos que asumir que siempre existirá cierto grado de incomodidad, pero no se debería llegar al punto de sentir una ansiedad, una tristeza o un miedo demasiado elevados.
-Prémiate a cada paso adelante que vayas dando, y no seas demasiado rápido a la hora de castigarte por cada pequeño paso atrás.
-Si necesitas ayuda de un psicólogo para dotarte de habilidades de gestión emocional para afrontar estos momentos, no lo dudes.
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