Si quieres adelgazar, duerme a oscuras: la luz artificial engorda (también la de la tele y el móvil)

Estar gordo o estar delgado no solo depende de lo que comes o lo que te mueves. Cosas tan cotidianas y aparentemente triviales como dormirnos habitualmente con la televisión encendida o que consultar nuestra cuenta de Twitter en el móvil sea lo último que hagamos antes de irnos a la cama pueden influir en el peso que marca la báscula. ¿Cómo? Un grupo de investigadores de las Universidad de Hong Kong y de la Universidad de Oxford han revisado una docena de estudios diferentes sobre el tema para sacar una conclusión: que la luz artificial nocturna está afectando a nuestro peso.

La conclusión de este metaanálisis es un ataque para los adoradores de los maratones de Netflix nocturnos: las personas que se exponen en mayor medida a la luz nocturna artificial tienen un 13% más de riesgo de padecer sobrepeso y un 22% más de probabilidades de sufrir obesidad. Además, esta relación que asocia mayor exposición a la luz nocturna a peores resultados de peso se observó incluso en gente que dormía con una luz encendida… o sea que no toda la culpa es de los dispositivos electrónicos que nos rodean, el problema es la luz artificial por la noche en sí.

¿Por qué es tan malo para nuestro peso dormir con el móvil en la mano o con la lamparita de la mesilla encendida? Investigadores de la Universidad de Haifa concluyeron, tras estudiar esta relación entre peso y luz nocturna, que al incrementar nuestra exposición a las luces artificiales interferimos con la producción natural de melatonina y alteramos nuestros ritmos circadianos lo que se traduce en cambios fisiológicos en el cuerpo… incluidos la forma en la que nuestro cuerpo almacena la energía, y esa alteración, nos puede hacer engordar.

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