Top Gun

Muchas noches de verano, cuando andaba entre los 11 y los 14 años, mi madre nos mandaba al cine con un bocadillo y una Fanta. En mi barrio había al menos cuatro cines de verano, enormes, con su piso de albero regado, sus sillas de madera o hierro, sus cáscaras de pipas en el suelo y su selecto ambigú. ¡Cómo nos lo pasábamos en esos cines! La de pelis de Bud Spencer o de Bruce Lee que habremos visto allí.

Me acuerdo perfectamente de cuando me llevaron mis hermanos mayores a ver The Warriors, y cómo desde entonces tomé conciencia de lo peligroso que era andar de noche por las calles.

En pocos años dejé de ir con mis hermanos para empezar a ir con mis amigas, claro, y ya no veíamos pelis de bandas y señores dando bofetones, sino de esas de acción y romance, con el chulazo de moda. Sé que me lo pasaba genial, pero no me preguntes un título porque no me acuerdo de ninguna. También estoy totalmente segura de no haber visto unas cuantas de las consideradas “imprescindibles” en el santoral de las pelis “románticas”. Top Gun es una de ellas.

Bueno, lo era hasta ayer noche, que, aburridos de ver series e incapaces de irnos a dormir con el tremendo calor que hacía, le dije “vamos a poner una de esas ochenteras, y nos partimos con las pintas” (que son las mismas que llevábamos los dos en esa época, ojo), y cayó Top Gun, “¡no me creo que siendo tan cinéfila tú no hayas visto Top Gun, que es un clásico!”.

Virgen santa, Top Gun. Qué duro ver lo mal envejecen algunas películas. Los clichés, los cardados, el llevar gafas de sol dentro de los garitos, los chulitos peinados a cepillo, las mechas llovidas de Val Kilmer, ese entrecejo de Tom Cruise (se ve que con los años alguien ha cogido las pinzas y lo ha remediado), que haciendo un calor del mismo infierno no se quiten la cazadora de borreguito ni patrás (el elenco al completo se pasan la peli sudando como en un asador de pollos), ese comandante/capitán/sargento del portaaviones fumando puros sin parar (el actor, por cierto, es clavado al portero de mi edificio, y se pasa el día entregando cartas, como él)… Pero lo que peor ha envejecido, sin duda, ha sido el guión, esa trama supuestamente romántica, ese soltarte a los 15 minutos de la peli lo de estar enamorándose de un niñato solo porque pilota un avión que te cagas… casi me ahogo de la risa.

¿Soy yo o es que las pelis románticas envejecen fatal?

Es obvio que han cambiado los códigos. No podemos mirar con los mismos ojos Algo para recordar, Pretty Woman, Top Gun, Oficial y caballero, Dirty Dancing, Ghost, El diario de Noa o Crepúsculo… No resisten el ojo crítico. Las que se sustentaron en una historia creíble, con un guión decente, aún tienen un pase. Pero es que otras… ay, qué dolor.

Pero, espera, que aún me falta por ver Oficial y caballero… La veo y os cuento, pero me espero lo peor…

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