Twitter, la red social que mejor detecta las 'fake news'
Las redes sociales favorecen la difusión de noticias falsas, fake news, bulos o conspiraciones. Es una realidad. Además, recientemente, desde el comienzo de la pandemia de la Covid-19, este hecho se ha visto incrementado notablemente. Este tipo de plataformas, consultadas cada día por millones de personas de lado a lado del globo terráqueo, han logrado convertirse en un perfecto canal de información gracias, en gran parte, a la inmediatez con la que podemos acceder a nuevo contenido. Lo que incluye, por supuesto, rumores o informaciones a medias.
Sin embargo, entre todas las aplicaciones que existen a día de hoy, hay una que parece haber encontrado la forma de detectar (y detener) este tipo de falacias: Twitter. Así lo determina el último estudio, publicado en la revista New Media & Society y liderado de forma conjunta por Ana Sofía Cardenal, investigadora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
En él, se ha analizado de forma exhaustiva el papel que desempeñan las redes en la difusión de teorías conspiranoicas y asimismo, la relación entre el uso de estas plataformas y la creencia por parte de los usuarios. Según ha explicado la propia Cardenal, son las «las características y particularidades de funcionamiento de Twitter», las que resultan determinantes en este proceso, así como el tipo de usuarios que accede a ella o la forma de de transmitir información.
Según los resultados obtenidos, los usuarios de Twitter cuentan con una «educación superior a la media con una mayor tendencia a buscar noticias y participar en debates políticos».
Twitter frente al resto de redes sociales
Ana Sofía Cardenal habla de esta red como una plataforma «más orientada al consumo de noticias«, un hecho que iría fuertemente ligado a la presión social que el usuario podría tener a la hora de publicar y por lo tanto «podría reducir la circulación de información no verificada o de tipo alternativo respecto a otras redes sociales, como Facebook o YouTube, con características más favorables a la difusión de estas teorías».
Asimismo, algunos de los autores del estudio hablan de la arquitectura de la red. «Esta estructura hace que en una plataforma como Twitter, por ejemplo, el contenido conspirativo pueda ser desacreditado rápidamente o posiblemente llegue a ‘ahogarse’ con información de mejor calidad o con el gran volumen de quienes están dispuestos a saltar rápidamente y corregir percepciones erróneas», explica.
En el lado opuesto encontraríamos WhatsApp o Facebook, cuyo vínculo entre usuarios es más cercano, lo que provoca que hace que no sea tan habitual la comprobación de veracidad en la información que se repite.
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