Bolsos horizontales: nuestro último capricho de moda con sello ‘Made in Spain’
El coronavirus ha puesto en cuarentena todos los encuentros sociales que teníamos previstos para las próximas semanas, pero eso no ha impedido que sigamos buscando el look perfecto. Porque esa boda, esa comunión o esa fiesta tendrá que retrasarse, pero no se cancelará, por lo que seguiremos necesitando que nuestro outfit esté a la altura de las circunstancias. Y no tenemos muy claro si será vestido o falda con cuerpo reutilizable, pero lo que sí sabemos es dónde vamos a comprarnos el bolso.
Y es que no hay nada como tener que quedarte en casa para derrochar el tiempo frente al ordenador, buscando esa tendencia, esa firma, esa prenda que no puedes perderte porque, cuando todo esto vuelva a la normalidad, te vas a cansar de verla. No sabemos si sucederá algo así con nuestro último capricho de moda, pero lo que tenemos muy claro es que nuestro concepto sobre los bolsos de mano ha cambiado. Radicalmente.
La culpa la tiene The Sant, una firma española de bolsos, que nos ha conquistado con sus formas geométricas, sus tonos básicos y muy ponibles y sus diseños originales en los que no queda un centímetro para la improvisación. Buena prueba de ello es una de sus últimas publicaciones en Instagram y uno de nuestros favoritos, el Furoshiki.
Disponible en verde oliva, marrón y negro, este bolso confeccionado en Ubrique con cuero de becerro italiano tiene detalles chapados en oro en el asa ancha y un cierre magnético. Como todos los bolsos de la firma española es una edición limitada y numerada que tiene un precio de 375 euros.
Otra de sus propuestas que nos han conquistado es el Black Hinadan, que se inspira en un altar para crear este bolso que tiene un interior tradicional, pero que cuenta con un diseño exterior en pisos muy original. Tiene un precio de 590 euros.
La mitad, o algo así, de este bolso son los Dairibina, que se asemejan más a un joyero con asa que a un bolso. Una propuesta muy atractiva en tonos como el negro, el marrón y el blanco, que juegan con el contraste en el cierre. Cuesta 550 euros.
Por último, el bolso Kinkachu, a medio camino entre un bolso baguette y un estuche de un instrumento musical, pero con una de las asas costas más bonitas que hemos visto últimamente. Disponible en blanco y negro, además de dos versiones mini de los dos últimos, cuesta 475 euros. El mini Kimkachu además está disponible en marrón y en oliva, y cualquiera de los cuatro cuestan 450 euros.
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