De las fibras naturales a los colores relajados: tendencias de moda que son una segunda piel

En un verano incierto la moda aspira también a convertirse en ancla, a hacernos sentir bien en nuestra piel. Tendencias dispuestas a aportarnos la comodidad deseada para emprender el viaje en busca de la tranquilidad, de la conexión con la naturaleza y con nosotros mismos. El tie-dye se adueña de looks completos, el blanco y los colores relajados se alían con tejidos naturales propios de la estación, el punto sigue vigente y convive con el crochet, una de las tendencias que reina en esta temporada estival.

La rafia y la piel son las protagonistas de los complementos y las túnicas o caftanes evocan la libertad de movimientos. Un conjunto de tendencias dispuestas a vestirnos en este verano tanto distinto a lo esperado en el que queremos poner los pies en la tierra y sentir que la ropa nos acompaña como una segunda piel.

El tie-dye, que devolvió lapsicodelia a los estilismos veraniegos del pasado año, se esfuerza esta vez por contenerse en total looks de aires folk (Isabel Marant), en faldas amplias (Dior) o vibrante en tops estructurados y combinados con faldas tubo (Versace).

Top (143 euros) y pantalones (172 euros), ambos de seda estampada, de Gerard Darel, bolso de ante de Alberta Ferretti (896 euros), pañuelo al cuello de seda de Lalage Beaumont (97 euros) y anillo de oro, jade y diamantes de Gucci (c.p.v.).

Blanco sobre blanco en estilismos, en tejidos naturales y con texturas especiales y, en el cuello, cadenas doradas de diferentes tamaños, rescatadas de viajes pasados. Recuerdos de joyero.

Camisa de algodón de Forte-Forte (356 euros), chaqueta de
algodón de Ba&sh (258 euros), pendientes de oro y diamantes de Annoushka (568 euros), y collar de oro y cuarzo de Cassandra Goad (4.130 euros).

Las prendas tejidas, que esta temporada brillan especialmente en forma de croché (Stella McCartney, Giambattista Valli, Salvatore Ferragamo), multiplican su fuerza al combinarse con accesorios ídem.

Vestido de punto de lino y seda de Loro Piana (1.815 euros), y
bolso de piel y rafia de Gerard Darel (247 euros).

Pocas piezas dan tal libertad de movimiento y comodidad como un vestido túnica o caftán, como los marroquíes que inspiraban a Yves Saint Laurent. A los pies, sandalias planas. ¿Hay, acaso, estampa más vacacional?

Vestido de crepé de seda de Zaeem Jamal (1.091 euros), sandalias de piel de Coach 1941 (172 euros), pendientes de oro y diamantes de Annoushka (568 euros), y collar de plata chapada en oro con lapislázuli de Giovanni Raspini (310 euros).

La chaqueta acolchada y ligera, con bordados y de inspiración étnica al más puro estilo Isabel Marant, es la apuesta de abrigo perfecta para los días de entretiempo.

Chaqueta de algodón y lino de Ba&sh (290 euros), top de algodón de The Kooples (216 euros), pantalones de algodón de Levi’s (97 euros), pendientes chapados en oro de Giovanni Raspini (155 euros) y collar de oro y diamantes de Annoushka (1.380 euros).

Desde que Jacquemus rescatara la maxipamela de rafia hace ya algunos veranos, la obsesión por poner la cabeza a cubierto no ha hecho más que crecer. De todo tipo y condición, la temporada ya no se concibe sin su accesorio estrella.

Vestido en mezcla de algodón de DKNY (166 euros), sombrero trenzado de Loro Piana (287 euros), collar de rafia, perlas, jaspe y cuarzo de Forte-Forte (178 euros) y anillo de oro y cuarzo citrino de Kiki McDonough (1.838 euros).

Llevar el océano a cuestas se antoja imprescindible en un verano en el que, por la situación global, no todos podrán acercarse a su orilla. Irónico, sí, pero qué oportuno: las conchas se cuelgan del cuello (Prada) o se reinventan en pendientes con logo (Balenciaga).

Chaqueta de lino con bordados (436 euros) y collar de metal y concha (91 euros), ambos de Forte-Forte, y vestido de algodón
estampado de Paul Smith (758 euros).

El vestido blanco de algodón, una de las prendas más especiales de la temporada, sale a la calle a lo grande, ampliando volúmenes (Valentino) o adornándose con bordados, volantes, encajes y todo detalle que se precie, como en la imagen, en un arranque de folclore.

Vestido de algodón voile de Tory Burch (2.160 euros),
sandalias de piel de Manolo Blahnik (729 euros), bolso de
rafia y piel de Gerard Darel (373 euros), pendientes de oro y
diamantes de Annoushka (1.723 euros), y anillo de oro de
Cassandra Goad (1.895 euros).

Texto: Celia Cuervo. Peluquería: Yoshitaka Mitazaki para Bumble and Bumble. Maquillaje: Victoria Bond para Chanel Desert Dreams y Le Lift. Asistente de estilismo: Sophie Chapman. Modelo: Ana Flavia (Viva London).

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