El vestido corto que adoraban Jane Birkin y Cher es tendencia

Queda aún mucho verano por delante para disfrutar del sol, de las vacaciones a la orilla del mar y también de la moda propia de la mitad más calurosa del año. Shorts, bañadores, bikinis y, especialmente, vestidos componen el perfecto guardarropa estival. Estos últimos, precisamente, se han dejado ver en tantas versiones esta temporada como sea posible imaginar. Hemos visto triunfar los más atrevidos con cut out en los laterales, los siempre favorecedores camiseros o las opciones lenceras satinadas que nos devuelven a la década de los años 90.

Sin embargo, hay un estilo de vestido que si bien podía haber pasado por alto, está más que presente este verano y resulta de lo más favorecedor a todos los tipos de cuerpo. Hablamos del vestido mini (muy mini), con manga corta abullonada, falda voluminosa y de corte imperio. Los vestidos de esta tipología, aunque volvieron recientemente, hace un par de veranos, con el auge de la firma danesa Cecilie Bahnsen, que ha construido su ADN en base a los vestidos babydoll de gran volumen, lo hicieron en formato midi. Ahora, se restan centímetros, logrando que sean aún más playeros.

Sin embargo, al igual que otras tantas tendencias de este año, estos vestidos no son nada nuevo, sino que parecen querer rescatar el que fuera uno de los vestidos más icónicos de Jane Birkin, que lo lucía en 1968 en Cannes para la presentación de la película Wonderwall en una versión de estampado floral, o recuerdan también al blanco con el que Cher cantaba junto a Sony en el show de Carol Burnett en 1965.

Este tipo de vestidos han seguido presentes en el street style ya que aúnan lo bueno de un vestido mini, logrando unas piernas ópticamente más largas y estilizadas, con la comodidad de un vestido fluido y oversized. Para combinarlos, se puede optar por casi cualquier tipo de calzado, desde sandalias de tiras hasta mocasines, pasando por sneakers o alpargatas de cuña.

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